Andrea.
-¿No piensas contarme porqué estás mal entonces? -insistió de nuevo.
-Que no me pasa nada, sólo estaba pensando. -sonreí para que no volviese a preguntar.Ayer ya había peleado con mis padres y no quería hablar de ese tema ahora mismo, aún no sabía que quería hacer.
Nos sentamos en nuestros respectivos asientos y nos preparamos para el largo viaje en tren que nos esperaba hasta llegar a Madrid.
En el camino Carlos se durmió, pero yo en cambio me evadí de todo con mis auriculares y mi móvil.
Cuando nos quedaban minutos para llegar avisé a Sofía para que fuese a la estación.
**
Llevaba horas hablando con mi mejor amiga, sabía aconsejarme en todo pero en este caso era algo distinto, realmente serio.
Me convenció para que llamara a Magí y hablara con él antes que con los chicos. La hice caso y quedé con él en la cafetería de nuestra calle en apenas media hora.
Dejé a Sofía en casa y bajé rápidamente. Caminé hasta el final de la calle y en la puerta de la cafetería me encontré con un Magí muy sonriente al cual saludé con un abrazo y dos besos para posteriormente entrar. Nos sentamos en una mesa bastante alejada.
-¿Te sientes incómoda con alguno de los chicos no? Cuando les coja verás. -dijo serio.
-No, tanquilo. Está todo genial con ellos. -reí.
-¿Entonces?
-Tengo que dejar el trabajo. -suspiré.
-Pero, ¿porqué?
-Como bien sabes acabé la carrera de Periodismo hace nada, y bueno, me han ofrecido un puesto bastante bueno de trabajo. Necesito el dinero, en mi familia estamos pasando por un mal momento hablando de economía. A mis padres les despidieron hace apenas una semana y llevan sin cobrar su sueldo casi un año, han tenido mucho dinero pero de tanto que lo han derrochado ahora deben hacer de todo para alimentar a mi hermana pequeña, con el sueldo de mi hermano nos les alcanza y yo realmente casi soy una mantenida por Sofía. -dije esto último en un susurro.
-¿Es por el dinero? Puedo pagarte el doble o el triple de lo que acordamos que os pagaría, no tengo problema.
-No Magí, jamás podría aceptarlo. Incluso el sueldo actual le viene muy grande a ese trabajo. De verdad, debo agradecerte muchísimo que confiases en nosotras, algún día te recompensaré de alguna forma. -una lágrima resbaló por mi mejilla.
-No tienes nada que recompensar ni que agradecer. -me abrazó intentado consolarme.**
Habían pasado varios días desde que volví a Madrid y hoy habíamos invitado a los chicos un ratito a casa. Yo había acordado con Magí decirle que me iba a vivir a Londres y que dejaba el trabajo.
Llegaron y pasamos la tarde viendo películas y comiendo palomitas y cualquier tipo de golosinas.
Me iba a costar bastante decírselo, se habían convertido en amigos en apenas unas semanas.
-Chicos, Andrea quiere deciros algo.
Todos siguieron a lo suyo, estas palabras de Magí no sirvieron para nada.
-Me voy. -con esto todos se acercaron a mi.
-Yo me voy de vacaciones contigo, ¿dónde vamos? -David me cogió el brazo.
-Que no, que no se va de vaciones.Me miraron preocupados al ver la cara de Sofía al decir eso, no era para nada de felicidad y la mía puedo asegurar que tampoco.
-Explícanos.
Blas, no me presiones hijo.
Tal y como lo hice con su mánager les expliqué todo con lujo de detalles para que me entendiesen.
-No queremos que te vayas. -me abrazó Blas.
-Y realmente yo tampoco quiero irme, pero debo hacerlo.
-Prométenos algo. -dijo Dani de pronto.
-Lo que queráis. -sonreí débilmente.
-Vamos a seguir en contacto todo el tiempo que estés allí, no te puedes librar tan fácilmente de nosotros.Rieron y les acompañé.
Pasamos un rato más hablando de diversos temas, bueno, todos menos Carlos. Desde que había dicho que me iba no se había movido de la esquina del sofá en la que estaba y tampoco había hablado, raro en él que no calla nunca.
-Mañana podríamos ir a un parque acuático.-propuso Sofía.
-Sí por favor. -se hizo presente Carlos.Los demás nos limitamos a asentir contentos con la idea.
David decidió irse y los demás le siguieron, les acompañamos a la puerta y nos despedimos de todos con un abrazo. Quedaba Carlos el cual se había despedido de mi amiga pero no aún de mi.
-¿Puedo? -le miré devolviéndole la sonrisa.
-Eres tonta, claro. -abrió sus brazos y se despidió con un beso en la mejilla.**
Llegamos a una zona con hamacas y dejamos allí todas nuestras pertenencias. Me daban tanto miedo los parques de atracciones que todos se dirigieron a multitud de toboganes y yo me quedé en la piscina de olas.
Me había dado un chapuzón e iba a buscar mi toalla cuando alguien me cogió como a un saco de patatas.
-Bájame, estás loco. No pienso montarme ahí. -dije viendo como se dirigía a un enorme tobogán.
Caminaba conmigo cogida y yo mientras tanto le golpeaba para que me bajase.
-¿Por qué lleva a la chica así? -le paró un guardia al verme tan histérica.
-Porque tiene tantas ganas de montarse que no quiere ni coger un flotador, es peligrosa. -rió y salió corriendo dejando al hombre allí. La cara del pobre era un poema.Carlos no paraba de reír y yo ahora tampoco. Me bajó y caminó hacia los flotadores.
-Ahora me va a estar vigilando todo el día, eres idiota. -dije entre risas.
Él solo respondió con otra carcajada.
-Ayúdame a coger el flotador anda.
-Que no, no me voy a montar. Coge tú uno individual.
-¿Llamo al guardia? -rió.Me encogí de hombros.
-¡Señor... -gritó y rápidamente le tapé la boca con mi mano.
-Está bien, pero sobre tu conciencia quedará si no salgo viva de ahí. -dije ayudándole con el flotador.Sonrió triunfante y nos dirigimos a la entrada de aquel largo tubo. "El agujero negro" se llamaba, agárrate que vienen curvas. Con el miedo que me da la oscuridad.
Colocamos el flotador doble y Carlos me invitó a subir primero, así lo hice y uno de los supervisores nos empujó.
-¡Carlos te odio! -grité cogida al flotador como si la vida me fuese en ello mientras bajábamos por el tobogán aquel tan oscuro y largo.
-Valeeee. -gritó riendo en mi oído.Podía ver la luz del sol. Habíamos llegado al final, por fin. Se me había hecho eterno, caímos a una piscina y salí de allí lo más rápido que pude. Carlos se puso a mi altura.
-No puedes negar que te ha gustado.
No dije nada, realmente tampoco había estado tan mal cuando llevaba un ratito allí. Bipolaridad la mía.
-Eres una cagada. ¿No te ha gustado entonces? -rió.
-No ha estado mal del todo. -respondí.Y así, entre risas, tonterías y mis miedos, pasamos un día bastante agradable en el parque acuático.
**
Llegó el día. Nueva ciudad. Nuevo trabajo. Nuevas oportunidades.
Cogí mis maletas con ayuda de Sofía y salimos de casa para dirigirnos al aeropuerto.
Llegamos y al primero que vi fue a Rubén, le saludé y me acerqué a los chicos. Abracé a Dani, a Magí, a Blas, a Álvaro y a David.
-¿Y Carlos? -pregunté extrañada.
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The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)
Fanfiction-¿Sabes algo? Creo que somos el tipo perfecto de locura, y eso me encanta.