Capítulo 3.

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Andrea

-Andrea, espera, quiero hablar contigo.
-Déjame, voy a cambiarme esta ropa que gracias a ti huele tremendamente mal.

Me solté de su agarre sin dejarle hablar y seguí con mi camino hasta la cabaña. Una vez me vestí volví a donde se encontraban el resto, el dichoso lago.

-Andrea, tú serás pareja de Carlos, si no te importa.
-Yo...
-Esa es vuestra canoa y esos vuestros chalecos. Apresuraos. -me cortó la monitora.

Jder. ¿No había nadie más con quién ponerme? Agg. Sin más remedio cogimos los chalecos y seguimos las indicaciones.

-Dame la mano, ten cuidado. -tendió la mano muy caballeroso.
-Vas a resultar majo y todo. -la tomé y salté.

Miré al frente y en ese mismo instante me topé con una mirada asesina por parte de Yolanda, novia de Carlos. Si confieso algo se me hacía raro llamarle así.

-Tu novia me quiere asesinar creo.
-Quizás. -ríe.

Continuamos remando y escuchamos un grito a lo lejos. Yolanda se había caído al agua. Normal, no nos quitaba la vista de encima desde que nos montamos en la cosa esta.

Los dos comenzamos a reírnos descontroladamente e incluso estuvimos a punto de volcar la nuestra también.

-¿Volvemos y vas con ella? -dije entre risas.
-¿Yo? Que va, me mata. -él tampoco dejaba de reír.

**

Salí del comedor junto a Noelia y Laura cuando oímos gritos del tipo "¡Dale Carlos!" "Vengaa, dale fuerte". Corrimos rápidamente para ver que ocurría. Todos se encontraban rodeando a alguien que obviamente estaba peleando.

-Oye, ¿ese no es tu hermano Andrea?

Abrí paso entre la gente que había y comprobé que efectivamente era mi hermano, ¿se estaba peleando con Carlos?

-¡Javi para! ¡Javi! -grité al borde la histéria separándolos.
-¡No se te ocurra volver a hacerle algo a Andrea! -gritaba mi hermano.

Alguien cogió a Carlos y yo con ayuda de mis amigas alejé a mi hermano.

-¿Se puede saber que pasa? ¿Qué haces peleándote con él?
-Dejándole las cosas claras, a ver si te deja en paz de una vez ya.
-No debías haberlo hecho, mira como has acabado.

Tenía el labio inferior partido, sangraba por la nariz, tenía brechas en la frente y había recibido alguna que otra patada en la pierna. Me preocupaba que se metiese en conflictos por mi culpa.

Acompañé a mi hermano a la enfermería y le dejé allí mientras le curaban todas las heridas que había sufrido por parte de Carlos, la verdad es que el otro tampoco salió muy bien parado que digamos.

Empecé a caminar y pasé junto a la cabaña en donde se encontraba Carlos siendo curado por su novia mientras esta le hacía todo tipo de arrumacos, pasé rápidamente por allí dirigiéndome a una de las zonas de césped donde podía encontrar toda la tranquilidad.

Llevaba aquí un buen rato sentada, incluso se habían incorporado Noe y Laura, en estos momentos reíamos contando anécdotas de cuando eramos pequeñas o cualquier otro momento gracioso de nuestra vida y Carlos se situó en pie junto a nosotras.

-¿Me dejáis hablar con Andrea?

Ellas asintieron y se despidieron diciendo que más tarde nos veíamos. Carlos se sentó junto a mí sin ni siquiera dirirgirme una mirada.

-¿Y bien? -rompí el tan incómodo silencio.
-¿Cuánto lleváis saliendo?
-¿Perdón? -pregunté sin entender nada.
-Javier y tú.
-Carcajeé levemente.- Tres meses, ¿porqué? -me burlé, no sabía que eramos hermanos y me parecía gracioso.
-No nada, por saber. ¿Estáis bien?
-Claro, ¿no lo parece? -volví a reír.

Sin responder a mi pregunta se levantó dispuesto a irse.

-¡Marco!

Se giró para escuchar lo que tenía que decir.

-Es mi hermano. -grité para que pudiese oírme.

**
Esta noche teníamos una pequeña fiesta en el gran comedor del camping donde nos encontrábamos.

-¿Que tal voy? -cuestionó Laura.
-Perfecta. -dijimos Noe y yo al unísono.

Salimos de la cabaña y nos dirigimos al comedor de donde ya provenía música y de donde chicos del campamento ya salían y entraban.

Nos adentramos nosotras también y casi ni se podía andar, buscamos con la mirada un lugar de donde coger algún refresco y cuando encontramos una mesa con estos fuimos a por ellos.

**

Las chicas bailaban pero yo por lo contrario prefería permanecer sentada, me dolía un poco la cabeza. Estaba pensando en irme, pero una vez más él interrumpió pensamientos.

-Como te diviertes eh. -ironizó.
-Sí, a veces me gustaría ser menos fiestera. -reímos.
-¿Bailas? -tendió su mano.
-No, creo que prefiero irme a dormir, me duele bastante la cabeza.
-Está bien, te acompaño a tu cabaña. -sonrió.

No me negé, creo que de todas formas iba a ser inútil discutir, haría lo que quiciese.

Salimos de la multitud y caminamos en dirección a las cabañas sin decir una palabra.

-¿Se puede saber que haces con él Andrea?

Abrí mis ojos como platos al escuchar su voz y nos giramos. Estaba enfadado.

The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora