Capítulo 19.

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Andrea.

-¿Te ha comido la lengua el gato o qué? -su tono frío y borde me irritaba demasiado.
-No pienso aguantar tus borderías, si quieres hablar bien hazlo, sino permíteme que cuelgue.
-No espera, enserio, lo siento, no sé que me pasa.
-Sigues mal aún ¿no? -suspiré.

En lugar de obtener una respuesta pude oír un sonido que se repitió tres veces indicando que la llamada había finalizado. ¿Me había colgado? Imbécil.

Ordené la casa durante horas y cuando llegó la hora de almorzar salí con Lizeth para no hacerlo sola en casa. Una vez acabamos ella se fue a hacer no sé que cosas y yo me dirigí a algunas de mis tiendas favoritas.

Volví a casa bastante cansada y vi que Rubém ya había llegado.

-Hola bebé. -le abracé por la espalda.

Se guiró sonriendo y me besó.

-¿Qué tal el trabajo?
-Muuuuy cansado, ¿te acuerdas de que mañana tenemos la reunión verdad? -se tiró en el sofá.
-Sí me acuerdo. -reí tumbándome a su lado.
-¿Y tu día? Cuéntame va.
-He hablado con Carlos acabando de mala leche, salido a comer con Lizeth, estado de tiendas y luego he vuelto a casa para ver a un feo, lo normal. -me encogí de hombros.
-Con que soy feo ¿no? -se cruzó de brazos intentando parecer enfadado.
-Sí, y tontito. -reí y le besé.
-¿Te ha contado Carlos por qué estaba mal entonces?
-Que va, solo me ha gritado, hablado borde, después se ha disculpado y cuando le he preguntado cómo estaba me ha colgado el muy idiota.
-Si llega a estar aquí, pobre chaval, le habrías matado casi. -rió.
-¿Te vas a poner de su parte? -le fulminé con la mirada.

**

Me desperecé una vez más y salí del baño para vestirme. Ya lista bajé para desayunar con mi novio y salimos de casa para encaminarnos a la oficina.

Se abrieron las puertas del ascensor y cogidos de la mano entramos a la sala de reuniones. Nos sentamos y esperamos a que llegara la directora junto a algunos trabajadores más.

-Buenos días, vayamos rápido por favor.

Sacó varios folios de su pequeño maletín bajo la atenta mirada de todos.

-Aquí estáis todos los que realmente os defendéis bastante bien con el castellano. No he podido deciros nada hasta ahora porque aún nada era seguro, pero vamos a intentarlo en España también, vamos a abrir otras oficinas en Madrid y necesitamos que algunos de vosotros os trasladéis. -clavó su mirada en Rubén y en mí. -Sí, he cumplido tu petición. -sonrió mirándole a él- Los dos podréis trasladaros a España para empezar a trabajar allí en dos semanas.

Rubén y yo nos abrazamos felizmente, volvíamos a casa después de casi seis meses.

-Pero necesitamos a alguien más, con sólo una persona hasta el momento bastará. -miró a todos los demás esperando un voluntario.
-Yo iré a España con ellos. -se levantó decidida Lizeth.

Le regalé una sonrisa y tras un rato salimos fuera estando oficialmente de vacaciones, podíamos volver cuando quisiésemos.

-¡Qué volvemos a casa Rubén! -grité zarandeando nuestras manos aún entrelazadas. Estaba bastante feliz.
-Perdonad que interrumpa, pero ¿Andrea puedo hablar contigo? -se acercó tímida.
-Claro, vayamos a tomar algo. -le sonreí.
-Yo me voy a casa, te veo luego bonita, adiós Lizeth. -besó mi mejilla y se alejó.

Nosotras caminamos hacia la cafetería favorita de Lizeth y nos sentamos en una de las mesas.

-Dime, ¿de qué necesitas hablar?
-Quería hablarte del viaje. Tú tienes una casa allí ¿no?
-Yo allí compartía piso con mi mejor amiga, sí. -Bueno, aún después de 2 meses sin hablar yo lo seguía considerando mi mejor amiga  espero que ella a mi también.
-Y... ¿tendríais sitio para una compañera hasta que encuentre casa? Os pagaré un alquiler. -se ruborizó.
-Ay sí, claro, seguro que a Sofía no le importará, es un poco maja. -reí.
-Gracias. -me abrazó.

**

-Holita, ¿qué haces? -me senté junto a él en el sofá.
-Estaba mirando los vuelos, ¿cuándo quieres que volvamos?
-Te parece bien... ¿pasado mañana?
-Perfecto. -rió.
-Espera, voy a preguntar a Lizeth si viene con nosotros así sacas su billete también. -asintió y yo me dirigí a la cocina para hacer la llamada.

**

Me encontraba abrochándome el cinturón, puesto que estábamos apunto de despegar. Volvíamos a casa y no podía tener más ganas de pisar España.

Tras un tiempo que para mí fue eterno desde un altavoz se nos avisaba de que debíamos volver a ponernos los cinturones, íbamos a aterrizar. Estaba nerviosa, ¿qué tal estaría todo aquí?

Carlos.

-Álvaro, ¿me vas a hacer un favor? -asintió. -¿Puedes decirle a Andrea lo de que Sofía no ha "podido" -hice las comillas con mis dedos- venir? Seguro que a mi ni me querrá hablar.
-Deberías haberla llamado y haberle explicado el porqué de que le colgases, seguro que lo habría entendido a la perfección. -intervino David.

Magí nos aviso de que el avión acababa de aterrizar y nos acercamos a él para recibir a nuestra amiga.

Poco después se abrieron las puertas dejando ver entre bastante gente a Andrea, llevaba el pelo de un tono rosa fucsia y un pequeño piercing en el lateral derecho de su nariz, vaya cambiazo. Estaba cogida de la mano de su ¿amigo? y de una chica a la cual desconocíamos.

Prontamente soltó sus manos y se acercó a nosotros para empezar abrazando a Magí y continuar con los demás. Yo decidí quedarme al final, seguro que a mi era al que menos ganas tenía de ver.

Terminó de abrazar y hablar con Dani con los ojos húmedos y se acercó a mi. Levanté mi mirada encontrándome con la suya y sin darme tiempo a decir nada me abrazó fuertemente. Debo reconocer que necesitaba uno así desde hacía muchos meses.

-Aunque no lo creas a ti también te he echado de menos. -susurró en mi oído.

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Buenaas :) Aquí os dejo el capítulo 19, espero que os guste y me dejéis vuestras opiniones, me ayuda mucho a seguir el leerlas.

También quería agradeceros las más de 1500 visitas y los más de 100 votos, mil gracias a todos los que leéis. ❤

Si necesitáis algo estaré también en tw, smilewithmarco.

The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora