Capítulo 9.

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Flashback✖

Sofía

-¿Saben que van a pedir de postre? - se acercó el camarero.

Asentimos y comenzaron a pedir los chicos. Quedábamos Carlos y yo, y muy caballeroso me cedió el turno.

El amable camarero trajo lo que cada uno había pedido. Y Carlos rápidamente cambió la manzana que tenía delante por las natillas caseras colocadas en el lugar de mi mejor amiga.

Al ratito apareció Andrea y felizmente se sentó.

Al ver la manzana me miró interrogante.

-No he sido yo. -respondí y todos me miraron.

David y Dani reían, y Blas sólo se limitó a señalar a Carlos el cual estaba sentado a su lado muy calladito. A este le dió risa y creo que ahora a mi amiga casi le salía humillo de las orejas.

Andrea.

No dije nada más, creo que mi cara hablaba por mí. Una vez terminaron nos levantamos de la mesa para salir del restaurante habiendo pagado y cuando caminaba alguien me cogió del brazo obligándome a guirarme.
-Andrea... Lo siento, era para divertirme un poco.

Me solté de su agarre y me despedí del resto de los chicos.

✖✖

Llegamos a casa más cansadas de lo normal y las dos nos sentamos en el sofá a ver la tele.

Tenía suerte de que hoy mi hermana pequeña se hubiese ido al parque de atracciones con nuestra tía y algunos primos.
-Sofía tengo que irme. -me levanté.
-Vale, nos vemos luego. -sonreímos.

Salí de casa rápidamente, había quedado con Adrián.

**

-Ven, vamos a sentarnos allí. -estiró nuestras manos, las cual teníamos cogidas.

Nos sentamos en un banco y tomó mis dos manos entre las suyas. Me observaba atentamente.

-Bonita...

Le miré sonriente.

-Tengo que decirte algo.

Estas palabras cambiaron mi rostro, ahora estaba algo preocupada por como lo había dicho y por su cara, él tampoco estaba bien.

-Adelante.

Cerró sus ojos, suspiró y por último se aclaró la garganta para hablar.

-Quizás después de esto me odies y no quieras verme nunca más, pero tengo que decírtelo.

Tenía bastante miedo.

-Eres la chica perfecta, cualquiera podría enamorarse de ti. Y realmente no quiero que pienses que te he utilizado, te quiero, pero...

Suspiró una vez más.

-No como pareja. -hubo un silencio incómodo- Soy... gay.

Abrí mis ojos como platos. No podía creer esto.

-¿en-enserio? -tartamudeé.

Asintió aganchando la cabeza.

Solté nuestras manos y con las mías cubrí mi rostro. Esto me había caído como un jarro de agua fría.

-Me voy a casa. -me levanté.
-¿Podremos hablar en otro momento?

Asentí sin mirarle.

Volví a casa sumida completamente en mis pensamientos.

-Uy que cara, ¿has vuelto a pelear con Carlos?

Estas fueron las primeras palabras de mi amiga.

-Joder, Carlos, se me ha olvidado que habíamos quedado. -suspiré pesadamente.

Carlos.

20:15h. Sigo aquí sentado en un banco justo enfrente de la entrada del parque en el que he quedado con Andrea, sinceramente ya no creo que venga. ¿Seguirá enfadada conmigo? Supongo que si fuese así no habría aceptado quedar.

Después de tres largos pitidos Sofía contestó a mi llamada.

-Dime Carlos.
-¿Sabes dónde está Andrea? Había quedado con ella y no aparece y la he llamado pero tampoco responde.
-Si, está en casa.
-¿Me la podrías pasar?
-No te aseguro que quiera hablar contigo, espera un momento.

¿Qué le pasaría?

Andrea.

Estaba leyendo mi libro favorito para evadirme un poco de todo cuando dos golpes en la puerta me hicieron levantar la vista, en ese momento apareció Sofía con el móvil en la mano.

-Es Carlos, ¿quieres hablar con él? - dijo tapando el altavoz.

Suspiré. No tenía ganas de hablar con nadie pero le había dejado plantado, no podía hacer menos que hablar con él y pedirle perdón.

-Está bien. -dije finalmente.

Me tendió el móvil y yo solté mi libro para cogerlo.

-Hola.
-¿Sólo se te ocurre decirme eso después de dejarme ahí plantado cual tonto en el parque? -dijo serio.
-Lo siento, lo siento, lo siento, de verdad.
-Ya, ya, ya, era broma. -rió levemente. -Estás mal, ¿verdad?
-No, ¿quién ha dicho eso?

"Eres una bocachancla tía", susurré a Sofía aún con el teléfono en mi oído.

-No, no me ha dicho nada. Y sí, si que estás mal.
-Que no.
-No puedes negar algo obvio.

Suspiré.

-Vale.
-¿Vale qué? -rió.
-Que sí, que estoy mal. Ya está, ya lo he dicho.
-¿Y ahora me dices el por qué?
-No, eso ya si que no.
-Que si venga, que puedes confiar en mí.
-No insistas Carlos, no quiero contar nada ahora.
-Está bien, si necesitas algo llámame.
-Que majo eres cuando quieres, gracias, nos vemos.

Sonreí aún sabiendo que no me veía.

**
Hoy había recibido la llamada de una amiga, la cual me contó que era la actual novia de Bruno, les había conocido a los dos en aquel curso de fotografía y hoy habian decidido que sería un buen dia para salir a divertirnos un poco todos juntos a alguna discoteca. Ayer no fue mi mejor día, creo que lo único que me había sacado una pequeña sonrisa fue la llamada de Carlos.

Actualmemte Sofía me está ayudando a meterme en un vestido que llevo sin usar años, pero que me sigue encantando tanto como el día que lo compré. Finalmente consigo terminar de arreglarme y dejando a mi hermana dormida y a cargo de mi amiga salgo de casa dispuesta a despejarme.

**
Llevo horas bailando, no puedo más. Creo que he bebido demasiado y la cabeza me va a estallar.

-¿Andrea? ¿Qué tal? -se acercó un chico.

De él sólo podía distinguir su cabellera rubia, su voz me resultaba familiar pero no podía llegar a distinguirla tampoco, y mucho menos podía ver con claridad su rostro. Aunque estaba casi segura de que era alguien conocido.

-Muy, muy bien. -dije con varias pausas debido a la cantidad de alcohol que había ingerido.
-Pero si estás borracha, no puedes mantenerte en pie, mujer. Venga, te llevo a casa.

Negué pero él me agarró de la mano y me sacó de allí.

Me montó en su coche y me llevó supongo que a casa, qué sabía yo, no era consciente de mis actos, verás tú la resaca de mañana.

-Gracias.

Su rostro se me nublaba completamente pero aún así junté sus labios con los míos a modo de agradecimiento. Definitivamente no tenía ni idea de que hacía con mi vida en esos momentos.

The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora