Andrea.
-¿Dónde se supone que vamos, Carlos?
-Es la tercera vez que me lo preguntas. -rió. -Estamos llegando.Suspiré mientras caminaba tras él. Llegamos a la entrada de un camping, si mal no recuerdo pasaba una parte del verano en este mismo sitio de campamentos. Qué tiempos aquellos.
Carlos me miraba y yo rápidamente dejé a un lado mis pensamientos para que me explicase el por qué de haberme traido aquí a esta hora.
-¿Y bien?
-Tenemos que saltar para poder entrar. -dijo tranquilo.
-¿Qué? Ni loca salto eso. -grité.Prontamente se acercó a mi tapando mi boca con una de sus manos mientras la otra rodeaba mi cintura.
-Calla, nos va a ver el guardia. -susurró.
Mordí su mano para que la quitase, ya que empezaba a agobiarme, y rápidamente lo hizo fulminándome con la mirada, ante este gesto solté una leve risita.
-Capulla.
-Gracias. -sonreí y él rió.Se acercó más a la verja y yo le seguí. Debo admitir que me daba miedo eso de quedarme allí sola con todo oscuro.
Se había puesto en cuclillas y esperaba que me montase en sus hombros. Con lo bien que estaría yo acostadita en el hotel, no sé ni para que le hago caso a este chalado.
-Venga. -volvió a insistir.
-Que no Carlos, me vuelvo al hotel aunque sea sola. -empecé a andar.Escuché como se levantaba y se posicionaba siguiendo mis pasos.
-Quiero decirte lo que iba a hablar contigo el día que estabas mal.
Me paré en seco para a continuación girarme.
-Está bien. -cedí finalmente.
Volvimos sobre nuestros pasos, me subí en los hombros de Carlos y con torpeza me agarré a la valla y la salté sin mucha dificultad, tampoco era tan alta.
Esperé a que estuviese de mi lado y me pidió que fuese tras él.
Llegamos a un lago. Ese lago. Lo contemplé todo y nada había cambiado, todo seguía prácticamente igual que hace unos años cuando venía de campamento.
-¿Has estado alguna vez aquí? -preguntó.
-Sí, venía de campamento hará unos 8 años o así. -me senté en la orilla dejando mis chanclas a un lado y metiendo los pies en el agua.Carlos no dudó en sentarse a mi lado. Se había formado un silencio demasiado incómodo.
Carlos.
No había duda, era ella. Andrea, la chica de la que prácticamente me enamoré en aquel campamento de verano justo antes de mudarme a Madrid. Tenía que decírselo, al parecer ella no se había dado cuenta de eso, quizás ya se habría hasta olvidado.
-Andrea...
-Dime. -dijo sin quitar su mirada del agua.
-Tú y yo, bueno creo que no te acuerdas, pero... -me rasqué la nuca nervioso.- me parece que nos conocimos en este camping, hace años en un campamento de verano.Silencio, eso era lo único que podía oír.
-Marco. -susurró levantando su rostro para mirarme. Pude observar como por su mejilla se resbalaba una lágrima. Intenté secar esta con mi mano pero ella se levantó bruscamente sin darme tiempo a hacerlo.
Caminó hasta llegar a la valla, le ofrecí mi ayuda pero me dió a entender que no la necesitaba. Y así llegamos al hotel, en completo silencio.
**
Andrea.
Una vez había llegado al final de la playa decidí volver al hotel. Mi dolor de cabeza no había desaparecido pero aún así me encontraba mucho mejor. No había dormido en toda la noche. Carlos era el chico del que me enamoré con apenas 14 años y en un cortísimo período de tiempo, el chico que me dió mi primer beso. Creo que aún no he podido olvidar todo aquello que pasó, fue algo que me marcó demasiado y que quiera o no debo admitir que vine a Madrid y aún a mis 23 años tenía alguna pequeña esperanza de encontrarme con él y mantener una pequeña conversación. Ayer creo que me comporté realmente como una cría al no haberle escuchado si tenía algo más que decir, pero realmente no quiero hablar de ese tema.
Llegué al comedor y para mi suerte o desgracia todos estaban desayunando allí.
-¿Dónde estabas? Nos hemos asustado al ver que no cogías el teléfono. -dijo David.
-Salí a correr por la playa, necesitaba pensar.
-¿Ocurre algo? -me susurró Sofía.A esto negué sonriendo muy falsamente.
**
-Nos vemos en unos días Sofi. -la abracé.
-Te quiero.
-Yo también a ti.Mi amiga se montó en el tren junto a los chicos, todos excepto Carlos y yo volvían a Madrid. Yo debía quedarme para el compromiso de mi tía que se celebraría en dos días y él creo que lo hacía para visitar a su madre.
Volvimos al hotel sin pronunciar palabra alguna, y yo ya había llamado a mi hermano mayor para que viniese a buscarme y creo que no podía tardar demasiado. Observé la entrada del hotel mientras esperaba con mi maleta y ví como Carlos se acercaba.
-Nos vemos Andrea. -besó mi mejilla.
Ante esto me quedé helada, creía que estaría enfadado conmigo por lo de anoche.
-Adiós Carlos. -dije fría. Sólo me salía ser así en estos momentos.
**
Sequé las gotas de sudor que caían por mi frente. Las mesas y sillas estaban en el jardín y ya todo estaba preparado para la boda. Iba a ser un día bastante especial para mí familia y principalmente para mi tía.
-Buen trabajo hermanita. -rió Javi.
-Podrías terminar de ayudarme con los focos y tal, vago, que eres un vago.Volvió a reír mientras se acercaba.
-Anda baja de ahí que te vas a caer.
Obedecí sin rechistar y bajé de la escalera.
Entre risa y risa terminamos rápidamente. El lugar era precioso y aún más con toda la decoración.
**
Me enfundé mi vestido azul cielo y mis tacones del mismo color. Me miré una última vez al espejo y salí de mi habitación.
Me dirigí al gran jardín para supervisar que todos los camareros tenían todo claro y que no habría ningún imprevisto de última hora.
Viendo que todo iba sobre ruedas decidí volver a entrar.
-Deberíamos hablar.
Me giré inmediatamente al reconocer su voz. ¿Qué hacía aquí? No pude evitar mirarle de arriba abajo, iba bastante guapo. Al darse cuenta de que le observaba giró sobre sí mismo y no pude evitar reír.
-¿Voy guapo o qué? -preguntó.
-Te queda bien esa camisa sí. -volví a reír nerviosa.
-Gracias. -sonrió.__________________________________
Aquí os dejo un nuevo capítulo, espero que os guste, y recordad comentad que os parece, necesito saber si debería mejorar algo o seguir así, es muy importante. Intentaré no tardar en subir el siguiente. Gracias por leer. ♥
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The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)
Fanfiction-¿Sabes algo? Creo que somos el tipo perfecto de locura, y eso me encanta.