—Eso, o DarkMoon estaba con ella cuando desapareció. Nadie más puede conocer la canción. Y luego está lo de los tatuajes. Mira, Leo, puede que se me esté yendo la olla, pero creo que veo un patrón. Creo que, en algún momento, después de que Nai se marchara, la retuvieron contra su voluntad. Puede que se metiera en una situación de la que después no supiera salir, o que la mantuvieran retenida y no pudiera pedir ayuda.
—Hostia puta, eso es mucho suponer.
—Ya lo sé, pero la canción..., la letra... Parece que esté llorando.
—Oyes lo que quieres oír, te lo podrías estar imaginando. —Leo no parece convencido—. Se escapó con un tío, no quería que la encontraran y creó un perfil nuevo: no hay más misterio. Tal vez, luego la cosa se torció, Nai se pilló un pedo y se cayó al río; a lo mejor... quién sabe, a lo mejor saltó. Cualquiera de las dos opciones es mucho más probable que tu historia. Si tenía internet, ¿por qué no nos avisó para que fuéramos a por ella?
—Porque, quizá, también la vigilaban. Ella podía tener miedo a que la pillasen —sugiero—. Es muy fácil espiar el historial de internet de otra persona. Mamá siempre controla el iPad de Gracie; lo tiene vinculado a su teléfono para asegurarse de que usa las aplicaciones como es debido. Mi padre también instaló una aplicación que controla cada tecla que pulsa. Así que, si alguien vigilaba a Nai y debía asegurarse de que no intentaba escapar o pedir ayuda, claro que procuraría llamar nuestra atención, pero de forma que no la pillaran.
Me cuesta encontrar las palabras para expresar mi corazonada.
Si no quería que la hallaran, ¿por qué clonó sus listas de reproducción? ¿Por qué dejó tan claro que había un vínculo entre Naomi y DarkMoon? Piénsalo, ¿sigue pareciéndote una locura?
—No sé... —Leo se muestra vacilante.
Cuando miro por encima de su hombro, veo una mariposa revolotear entre los arbustos, no se detiene más de un segundo, y pienso que eso es exactamente lo que pasa en mi cabeza: la respuesta está ahí, pero no consigo posarme en ella.
De repente, se me ocurre algo que puede hacer cuadrar mis ideas.
—¿Te acuerdas de Carly Shields? —le pregunto—. La chica a la que dedicaron este jardín.
Leo echa un vistazo por encima del hombro.
—Pues claro. Es difícil olvidar a la pava que se tiró delante de un autobús. Iba al curso de mi hermano, incluso salieron juntos. Era diferente cuando estaba con ella. Pero... ¿qué tiene que ver ella con todo esto?
—¿Sería posible que...?
Saco el teléfono y busco la página web del instituto. Cuando se acaba el curso, los alumnos que se gradúan graban un vídeo, haciendo el playback de una canción, y lo cuelgan en el canal de YouTube oficial. Retrocedo tres años, después cuatro, y doy con el vídeo.
—Ay, Dios, es ella —digo al observar a un grupo de chicas que corren por el pasillo al ritmo de una canción de Beyonce.
Lleva el pelo diferente, corto y oscuro, y también gafas; a pesar de que no tiene ningún tatuaje en los brazos, estoy segura de que es la misma chica.
—¿Carly? —Leo entorna los ojos—. Qué va.
—No —digo—. Es Danni Heaven.
—¿Quién? —Leo me mira pasmado.
—La chica a la que conocí en Camden, llevaba un tatuaje muy parecido al de Nai, y cuando se lo mencioné, se le fue la pinza. Iba a este instituto. Y Carly Shields era una chica brillante, todos la querían mucho, campeona de natación y tocaba el arpa. La vida le sonreía, y de repente se lanzó delante de un autobús, ¿por qué? No tiene ningún sentido. No parece propio de ella.
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Mirror mirror
Teen FictionLa vida no es perfecta para Red, Leo, Rose y Naomi, pero la música los une, y el futuro de su banda Mirror, Mirror es prometedor. Hasta que Naomi desaparece. Tras encontrar a Naomi inconsciente en un río, la policía baraja la posibilidad del intento...