𝐅𝐚𝐥𝐭𝐚𝐧 𝟏𝟒𝟐 𝐝𝐢́𝐚𝐬

331 54 0
                                    

POV JENNIE

Las dos de la mañana.
Miércoles.
Mi habitación.

Me despierto cuando oigo el sonido de las piedrecitas contra el cristal de la ventana. Al principio creo que estoy soñando, pero luego vuelvo a oírlo. Me levanto y miró entre las cortinas y veo a Lisa en el jardín delantero vestida con pantalón de pijama y una sudadera oscura con capucha.

Abro la ventana y me asomo.
-Vete. -Sigo enfadada con ella por haber hecho que me castigaran por primera vez en mi vida. Y estoy enfadada con Kai porque pensara que volvíamos a salir, aunque ¿qué culpa tiene él? He coqueteado, le di aquel beso en el hoyuelo, lo besé en el autocine. Estoy enfadada con todo el mundo, pero principalmente conmigo-. Vete -repito.

-No me hagas subir a este árbol, por favor, porque seguramente acabaré cayendo y partiéndome el cuello, y nos queda mucho que hacer antes de que me metan en un hospital.

-No tenemos nada más que hacer. Ya lo hemos hecho todo.

Pero bajo igualmente porque, si no lo hago, ¿quién sabe qué podría pasar? Me peino, me pongo un poco de brillo en los labios y me cubro con un albornoz.

Cuando salgo, Lisa está sentada en el porche, apoyada en la barandilla.

-Pensaba que no ibas a bajar nunca -dice.

Me siento a su lado y noto la frialdad del peldaño a través del tejido de mi pijama con estampado de monos.

-¿Qué haces aquí?

-¿Estabas despierta?

-No.

-Lo siento. Pero ahora ya lo estás, vamos.

-No pienso ir a ningún lado.

Se levanta y se va hacia el coche. Se da la vuelta y dice, casi gritando:
-Vamos.

-No puedo largarme así cuando me dé la gana.

-¿No sigues enfadada, verdad?

-De hecho, sí. Pero mírame bien. Ni siquiera estoy vestida.

-Vale. Puedes seguir con ese albornoz tan feo. Y ponte unos zapatos y una chaqueta. No pierdas el tiempo cambiándote. Escribe una nota a tus padres para que no se preocupen si se despiertan y descubren que no estás. Te concedo tres minutos antes de venir a por ti.
Nos dirigimos al centro de Bartlett. Los edificios se estructuran en torno a lo que llamamos el Boardwalk. Desde que inauguraron el nuevo centro comercial ya no hay motivos para venir hasta aquí, excepto la panadería, donde hacen las mejores madalenas en muchos kilómetros a la redonda.

Los establecimientos son como parásitos, reliquias de hace más de veinte años: unos tristes y viejísimos grandes almacenes, una zapatería que huele a naftalina, una juguetería, una confitería, una heladería.

Lisa aparca el Saturn y dice:
-Ya hemos llegado.

Los escaparates están oscuros, naturalmente, y no hay nadie en la calle. Es fácil imaginar que
Lisa y yo somos las dos únicas habitantes del mundo.

-Cuando mejor pienso es de noche -dice-, cuando todos duermen. Sin interrupciones. Sin
ruido. Me gusta la sensación de estar despierta cuando nadie más lo está.

Me pregunto si duerme en algún momento.
Veo nuestro reflejo en el escaparate de la panadería y parecemos dos niñas vagabundas. -¿Adónde vamos?

-Ya lo verás.

El ambiente es fresco, limpio, silencioso. A lo lejos, veo la torre Purina iluminada, nuestro
edificio más alto, y más allá, el campanario del instituto.
Cuando llegamos a Bookmarks, Lisa saca unas llaves y abre la puerta.
-Mi madre trabaja aquí cuando no se dedica a vender casas.
La librería es pequeña y está a oscuras. Hay una pared con revistas a un lado, estanterías con
libros, dos mesitas, cuatro sillas, un mostrador vacío donde en horas laborables venden café y chucherías.
Lisa se agacha detrás del mostrador y abre una nevera que queda escondida. Inspecciona su interior hasta que extrae dos refrescos y dos pastelitos, y entonces nos sentamos en el suelo de la zona infantil, decorada con pufs y una ajada alfombra de color azul. Enciende una vela que ha encontrado junto a la caja registradora y la luz baila en su cara cuando Lisa se mueve de estantería en estantería, recorriendo con la punta de los dedos los lomos de los libros.

𝐢'𝐦 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐥𝐞𝐚𝐯𝐢𝐧𝐠 (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora