𝟐𝟎 𝐝𝐞 𝐣𝐮𝐧𝐢𝐨

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POV JENNIE

Hace un día ardiente de verano. El cielo luce con un azul radiante.

Aparco el coche, asciendo el terraplén y me quedó un buen rato junto a la orilla cubierta de hierba del Blue Hole. Casi espero verla allí. Me descalzo y me lanzo al agua, me sumerjo. La busco con las gafas, aunque sé que no la encontraré.
Nado con los ojos abiertos. Emerjo a la superficie bajo el gigantesco cielo, inspiro hondo y me sumerjo de nuevo, a mayor profundidad esta vez. Me gusta pensar que está de excursión en otro mundo, viendo cosas que nadie puede llegar a imaginarse.

En 1950, el poeta Cesare Pavese estaba en la cúspide de su carrera literaria, era aclamado por sus colegas y su país y estaba considerado el autor italiano más destacado del momento. En agosto de aquel año se tomó una dosis mortal de somníferos y, aunque llevaba un diario, nadie supo explicarse por qué lo hizo. La escritora Natalia Ginzburg lo recordaba después de su muerte con estas palabras: «Nos parecía que su tristeza era la de un muchacho, la melancolía voluptuosa y despistada de un muchacho que todavía no tiene los pies sobre la tierra y que se mueve en el mundo árido y solitario de los sueños».
Era un epitafio que podría estar perfectamente escrito para Lisa, aunque ella ya se encargó de escribirlo:
«Lisa Manoban: estuve viva. Ardí con incandescencia. Y luego morí, aunque en realidad, no. Porque alguien como yo no puede morir y no muere como los demás. Permanezco ahí, como las leyendas del Blue Hole. Siempre estaré aquí, en las ofrendas y en las personas que dejé atrás».

Nado por la superficie bajo el cielo inmenso y despejado, bajo el sol, bajo todo ese azul que me recuerda a Lisa, del mismo modo que todo me recuerda a ella, y pienso en mi epitafio, pendiente aún de escribir, y en todos los lugares que recorreré.

Ya no tengo raíces, pero floto, toda de oro. Siento que mil posibilidades nacen en mí.

𝐢'𝐦 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐥𝐞𝐚𝐯𝐢𝐧𝐠 (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora