𝐅𝐚𝐥𝐭𝐚𝐧 𝟏𝟑𝟒 𝐝𝐢́𝐚𝐬

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POV JENNIE

Lisa lleva una semana sin aparecer por el instituto. Hay quien dice que la han expulsado, otros que ha sufrido una sobredosis y la han mandado a rehabilitación.

Los rumores se propagan a la manera clásica -en susurros y mensajes de texto-, porque el director Wertz se ha enterado de la existencia del Bartlett Dirt y lo ha clausurado.

Miércoles. primera hora.

En honor de la defunción del Dirt, Jordan Gripenwaldt hace circular caramelos. Jackson se mete en la boca dos piruletas a la vez y dice:
-¿Dónde está tu novia, Jennie? ¿No deberías estar de vigilancia de suicidas?
Sus amigos y él ríen a carcajadas. Antes de que me dé tiempo a replicar, se saca las piruletas de la boca y las tira a la papelera.

El jueves me tropiezo con Hyolyn en el aparcamiento al acabar las clases. Le digo que estoy haciendo un trabajo con Lisa y que hace unos días que no tengo noticias de ella. No le pregunto si los rumores son ciertos, aunque me gustaría hacerlo.
Hyolyn tira los libros sobre el asiento trasero del su coche.
-Es muy típico de ella. Va y viene cuando le da la gana. -Se quita la chaqueta y la tira encima de los libros-. Una cosa que pronto descubrirás es que sus cambios de humor son la polla.

Aparece entonces Chaeyoung, pasa por nuestro lado y abre la puerta del acompañante. Antes de entrar, me dice:
-Me gustan tus gafas.
Veo que lo dice en serio.
-Gracias. Eran de mi hermana.
Parece como si estuviera reflexionando sobre mi respuesta, y luego mueve la cabeza en un gesto de asentimiento.

A la mañana siguiente, de camino a tercera hora, la veo en el pasillo -a Lisa Manoban-, aunque está distinta.
Para empezar, lleva un andrajoso gorro de lana de color rojo, un jersey negro holgado, vaqueros, zapatillas deportivas y guantes negros de esos sin dedos. Lisa la Vagabunda, pienso.

Lisa el Vago. Está apoyada en una taquilla, una rodilla doblada, hablando con Yeji, una de las chicas de primero de bachillerato que va también a clase de arte dramático.
No parece ni verme cuando paso por su lado.

A tercera hora, cuelgo la mochila en la silla y saco el libro de geometría.
-Empezaremos repasando los deberes -dice el señor Fisher.
Y apenas termina la frase, se dispara la alarma de incendio. Recojo mis cosas y sigo a los demás para salir del edificio. Oigo una voz detrás de mí que dice:
-Reúnete conmigo en el aparcamiento de profesores.
Me doy la vuelta y veo que es Lisa; está de pie detrás de mí con las manos en los bolsillos. Se
aleja como si fuera invisible y no estuviéramos rodeados de alumnos y profesorado, incluyendo al director Wertz, que habla a gritos por teléfono.
Dudo un instante y luego echo a correr, la mochila golpeándome en la cadera. Me muero de
miedo de pensar que alguien me siga, pero ya es demasiado tarde para dar media vuelta, porque he empezado a correr. Corro hasta atrapar a Lisa, y luego corremos más rápido, y nadie nos ha gritado para que nos paremos. Me siento aterrorizada, pero libre.

Corremos por el bulevar que pasa por delante del instituto y junto a los árboles que separan el aparcamiento principal del río que divide la ciudad por la mitad. Cuando llegamos a un lago, Lisa me coge la mano.

-¿Adónde vamos? -pregunto, respirando con dificultad.

-Por allí. Pero calla. La primera que haga ruido tendrá que volver en pelotas al instituto.

Habla rápido. Se mueve rápido.

-¿En pelotas?

-Sí, en pelotas, desnuda. Eso es lo que significa ir en pelotas. Es la definición exacta de la expresión.

Bajo derrapando por el terraplén mientras Lisa me guía sin hacer ruido, haciéndolo todo fácil.

Cuando llegamos a la orilla del río, levanta la mano y señala, y de entrada no sé qué quiere enseñarme. Entonces, veo una cosa que se mueve y me llama la atención. Es un ave de cerca de un metro de altura, con una corona roja sobre la cabeza blanca y el cuerpo de color gris carbón. Chapotea en el agua y da picotazos en la orilla de enfrente, pavoneándose como un humano.

𝐢'𝐦 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐥𝐞𝐚𝐯𝐢𝐧𝐠 (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora