𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐢𝐠𝐮𝐞

271 54 2
                                    

POV LISA

Veo el monovolumen antes de verlo a él. Estoy a punto de pasar de largo de mi casa y continuar hacia quién sabe dónde, pero alguna cosa me obliga a detener el coche y entrar.

-Ya estoy aquí -grito-. Ven a por mí.

Mi padre sale del salón en estampida, como un ariete, mi madre y Jessica corriendo detrás de él. No me dice ni palabra, sino que se limita a mandarme volando por la cocina y a estamparme contra la puerta. Me levanto, me sacudo, y cuando vuelve a levantar el brazo, me echo a reír.
Mi respuesta lo sorprende de tal modo que su brazo se detiene en el aire y entiendo lo que piensa: «Está más loca de lo que me imaginaba».
-Ahí está la gracia -digo-. Por mucho que dediques las cinco próximas horas, o los cinco próximos días, a pegarme una paliza, no siento nada. Ya no. -Dejo que haga una última tentativa, pero cuando la mano avanza hacia mí, lo agarro por la muñeca-. Y solo para que lo sepas, esto no volverás a hacerlo nunca más.
No espero que funcione, pero algo debe de tener mi tono de voz puesto que, de pronto, deja caer el brazo.

-Siento haber preocupado a todo el mundo -le digo a mi madre-. Jennie está en su casa sana y salva y yo subo a mi habitación.

Espero a que mi padre venga a por mí. Pero en vez de cerrar la puerta con llave y colocar la cómoda delante, la dejo abierta. Espero que mi madre venga a ver cómo estoy. Pero no sube nadie porque, al fin y al cabo, estoy en mi casa, lo que significa que no hay que hacer grandes esfuerzos para acceder a mí.

Escribo a Jennie disculpándome: «Espero que estés bien. Espero que no sean demasiado duros contigo. Ojalá no hubiera acabado así, pero no me arrepiento de nada de lo que sucedió antes».

Me responde: «Estoy bien. ¿Y tú? ¿Estás bien? ¿Has visto a tu padre? Yo tampoco me arrepiento de nada, aunque me gustaría poder volver atrás y haber llegado a casa antes. Mis padres no quieren que vuelva a verte».

Escribo: «Tendremos que convencerlos de que cambien de idea. Por cierto, por si te sirve de algo, que sepas que me has enseñado una cosa, Nini: el día perfecto existe».

A la mañana siguiente me presento en casa de Jennie y llamo al timbre. Me abre la puerta la señora Kim, pero en vez de invitarme a pasar, se planta en el umbral y entorna la puerta detrás de ella. Me sonríe, como queriendo disculparse.

-Lo siento, Lisa.
Mueve la cabeza en sentido negativo y con ese simple gesto lo dice todo. «Lo siento pero nunca más volverás a acercarte a nuestra hija porque eres diferente y rara, una persona en quien no podemos confiar».

Oigo al señor Markey en el interior.
-¿Es ella? ¿Qué quiere?

Ella no le responde. Pero me observa con detenimiento la cara, como si hubiera recibido
instrucciones de comprobar si tengo magulladuras de algún tipo o alguna cosa más grave, incluso algo roto. Es un gesto bondadoso, pero que me hace sentir como si no estuviera realmente aquí.
-¿Estás bien?

-Sí. Estoy bien. No me pasa nada. Pero estaría mejor si pudiera hablar con ustedes para explicarme y decirles que lo siento, y si pudiera ver a Jennie. Solo un par de minutos, no más. Tal vez, si pudiera pasar...

Necesito simplemente que me den la oportunidad de sentarme con ellos y hablar y decirles que no soy tan mala como se imaginan, que nunca más volverá a suceder y que se equivocan por no confiar en mí.
El señor Kim aparece detrás de su esposa y me mira con muy mala cara.
-Tienes que irte, hija.
Y así, sin más, me cierran la puerta, y me quedo plantada en la escalera, completamente sola.

En casa, entro en HerSister.com y me aparece un mensaje: «Servidor no encontrado». Vuelvo a teclear la página, una y otra vez, pero siempre me sale lo mismo: «Se ha ido, ido, ido».

Entro en Facebook y escribo: «¿Estás ahí?».

Jennie: «Estoy aquí».

Yo: «He venido a verte».

Jennie: «Lo sé. Están muy enfadados conmigo».

Yo: «Ya te dije que siempre acababa rompiéndolo todo».

Jennie: «No has sido tú... hemos sido nosotros. Pero la culpa es mía. Por no pensar».

Yo: «Estoy aquí y solo deseo poder regresar a ayer por la mañana. Quiero que los planetas
vuelvan a alinearse».

Jennie: «Dales tiempo».

Escribo: «Eso es lo único que no tengo». Lo borro.

𝐢'𝐦 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐥𝐞𝐚𝐯𝐢𝐧𝐠 (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora