Sinopsis

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Sus labios chocaron con fuerza sobre los de ella. Los jadeos se hicieron más frecuentes, gemidos y mordidas se habían adueñado de ambos cuerpos acalorados. La mayor de las dos empujó con sus manos a su acompañante para tumbar su cuerpo a la cama, subiéndose rápidamente encima de ella y comenzar a morder su cuello con fervor. Ambas sintiendo el ardor en sus pieles y el sudor resbalar por cada rincón de las mismas.

Las manos de la menor acariciaron con dureza aquellas torneadas piernas y se ajustaron en su trasero, apretándolo con fuerza a su antojo. Ella gimió al sentirla, rasgando su ropa, marcando su piel y absorbiendo todo su ser.

___ Tómame...

Ambas respiraciones erráticas acabaron por enloquecer con sus roncas palabras. La mujer más joven giró sus cuerpos para quedar encima de ella, mordió su cuello con sensualidad y fue subiendo sus mordidas hasta llegar a la mandíbula. Su amante gimió, tratando de alcanzar su boca cuando la misma estuvo cerca pero fue rechazada en el acto.

Gruñó por el rechazo y al momento de querer protestar su amante la calló bajando los labios hasta sus pechos. No pudo aguantar el enorme gemido de sorpresa que la envolvió, para después pasar al placer, sintiendo como sus pezones se endurecían al contacto de su lengua a su alrededor.

___ Necesito... ___ jadeó al sentir la calidez viajar de su pezón derecho al izquierdo, para después seguir bajando con lentitud hacia su abdomen ___ Te necesito ahí, por favor.

Sus ganas la habían superado. La más joven sonrió en medio de mordiscos suaves y besos repartidos por su estómago, bajando cada vez más, captando con éxito el pedido de ella. Su lengua fluyó hasta el inicio de su vagina, adentrándose de manera tortuosa entre sus labios vaginales, logrando que su espalda se doblara y jadeara en todo lo alto.

Penetró su interior, arrastrando sus cortas uñas por las piernas de ella y presionando su nariz en el clitoris mientras su lengua explora de manera intensa su interior. La otra gime con fuerza, halando su cabeza, moviendo sus caderas y soltando suspiros mientras su mano libre apretaba con fuerza las sábanas compartidas.

Al sentirse temblar y saber que dentro de poco se correría, abrió la boca, preparada para soltar entre susurros su nombre. Apretó las piernas al rededor de su cabeza, hundiendo más aquella experta boca en sí misma y abrió los ojos para poder verla y le sonrió llena de satisfacción.

Luego la puerta se abrió, ambas se detuvieron en seco y sus rostros dejaron el placer de lado para convertirse en dos llenos de puro horror.

___ ¿Ma-mamá, Cami-Camila...?

Eterno pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora