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Los preparativos de la boda seguían su curso. Camila estaba más tranquila y Lauren se encontraba completamente enfocada en su trabajo que, como escritora, de vez en cuando le era sofocante. La bebé finalmente había aceptado el cariño de la morena y solo fue de ese modo que Lauren tuvo un poco más de espacio para sí misma.

___ ¡¿Camila?! ¡¿Donde están?! ___ gritó cuando dejó de oír los rudos de la bebé mientras Camila jugaba con ella.

Nadie le respondió. Lauren regresó a su ordenador y trató de relajarse mientras escribía, tenía muchas ideas sin ordenar y eso le estaba provocando una pequeña obstrucción para avanzar al próximo capítulo de su nueva novela.

Pero se detuvo por segunda vez de lo que restaba de día.

___ ¡Camila! ¡¿Todo bien con Sadie?!

Cero respuestas nuevamente.

Lauren frunció el entrecejo levantándose de inmediato y bajando casi a las carreras las escaleras. Gritó una vez más, pero nadie le respondió y cuando comenzó a sacar el celular para llamar a la policía teniendo un mal presentimiento, se encontró en el sofá de la sala a Sadie y a Camila profundamente dormidas.

La mayor superó llena de alivio y cubrió el delgado cuerpo de su prometida con un edredón. Besó la frente de su hija y apagó todas las luces para evitar molestarlas, subió las escaleras, se encerró en la habitación y continuó con su escritura hasta que el reloj dio casi la una de la madrugada.

Un tierno beso la sacó de sus pensamientos.

___ Por Dios amor, ¿desde qué hora estás aquí?

___ Ni idea, eran las cuatro cuando baje por última vez y las vi dormidas.

___ Cariño, llevas demasiado tiempo aquí ___ alejó su cuerpo del ordenador ___ Ven, vamos a la cama, ya Sadie está dormida.

___ Gracias amor ___ le sonrió mientras besaba sus labios ___ Finalmente se llevan mejor, ¿no?

___ No es que seamos las mejores amigas, pero ya nos vamos entendiendo al menos.

___ Me alegra bebé.

Camila acarició su rostro una vez estuvieron ambas acostadas. Lauren se estaba esforzando demás porque los fanáticos estaban exigiendo más historias de su parte. La menor no estaba de acuerdo con ello, pero su prometida estaba emocionada y lista para seguir escribiendo.

Miró su semblante relajado con amor, cada arruga con orgullo y se derritió con la extrema suavidad de su nívea piel. La amaba, y sería capaz de entregar su propia vida por la mujer que ahora se aferraba a sus brazos.

No se dio cuenta de la hora, pero el sol que golpeaba con delicadeza la ventana le dio una clara idea de que no había dormido absolutamente nada. Lauren se removió, talló sus ojos y luego los abrió con pesadez.

___ Buenos días mi amor...

___ ¡Sadie!

___ Tranquila ___ la detuvo con cariño ___ Aún no se despierta y mira que eso es un milagro. ¿Qué tal si te duchas, te mimas un poco y me dejas a mí ir a revisar a la niña?

Ella asintió aún adormilada. Camila le dio un beso corto en sus labios y se levantó rápidamente de la cama. Abrió la puerta del cuarto de la bebé y se sorprendió al verla ya de pie, tratando de salir de su cuna.

___ Pero que niña tan lista... ___ susurró alzando su pequeño cuerpo, provocando que esta gruñera algo que nadie comprendería ___ Y eso que todavía no cumples ni un año, vaya... sí que eres su hija.

Le dio el biberón que Lauren tenía organizado meticulosamente en el frigorífico luego de calentarlo, y Sadie lo bebió por completo.

___ Tenemos que hacerle el desayuno a la mujer que tanto amas, vamos ___ susurró colocando su cuerpo en una andadera y llevándola consigo hasta la cocina.

Preparó el desayuno con asombro. Sadie en ningún momento había hecho algún escándalo, solo permanecía frente a ella, mirándola con sigilo. Camila se preguntaba si la bebé estaba planeando algo para fastidiarla, pero luego recordó que Sadie solo era un bebé y negó por las estupideces que estaba pensando de ella.

Una vez el desayuno estuvo listo, Camila caminó con la niña en un brazo y la bandeja en el otro. Se arrepintió de ello a mitad de las escaleras pero ya no había marcha atrás, y contra todo pronóstico, logró llegar completa a la habitación que compartía con su prometida.

___ Buenos días princesa, mira quién está aquí ___ murmuró en lo bajo, dejando la bandeja sobre el buró y la bebé en la cama. Sadie chilló tiernamente provocando que Lauren despertara, Camila sonrió, su pareja ni siquiera se había bañado ___ Si bueno, no es extraño que ella quiera el protagonismo ante ti ___ Camila miró a su hija con los ojos entrecerrados. Lauren sonrió tallando los suyos.

Sadie chilló.

___ Para que sepas, tienes que aprender a compartir ___ regañó divertida sacándole una auténtica carcajada a su futura esposa.

___ Mi amor, es una bebé, y tu hija por Dios ___ río tomando a la niña entre sus brazos, Camila negó.

___ Ella siempre está en mi contra. ¿Por qué nadie lo ve?

___ Eres un caso mi vida, déjame ducharme y arreglarme para poder comer ese delicioso desayuno que hiciste para mí ___ besó sus labios, Sadie volvió a chillar y Camila la miró fijamente.

___ ¿Viste? Ni siquiera le gusta que te bese. Definitivamente ella tiene algo contra mí.

___ ¡Es sólo una bebé mi amor!

Gritó Lauren ya dentro del baño. Al salir, Camila se encontraba discutiendo entre murmullos con su hija, ella chillaba y Camila respondía. Lauren se paró frente a ambas sin poder creerse lo que estaba viendo.

___ ¿Y? ___ tanto Sadie como Camila hicieron silencio y miraron a Lauren ___ ¿No me dirán de que hablaban?

___ No. Ya debo irme, Ashley está esperándome para lo del salón, ¿estarás bien aquí con la niña?

Lauren besó sus labios.

___ Por supuesto. Es mi hija, tonta ___ Camila río ___ Estaré esperándote, y por cierto, ya tenemos banquete para la fiesta luego de la boda.

___ ¿Pensaste en el fabuloso banquete de...?

___ Camila ___ su semblante se endureció considerablemente. La morena tragó saliva ___ No tendremos un banquete de comida chatarra, nada de pizza hawaiana, nada de comida china ni tailandesa. Tendremos un banquete decente con comida gourmet, ¿fuí clara?

Ella asintió rápidamente.

___ Completamente clara, lo tengo, adiós amor.

Lauren sonrió dulcemente al verla golpearse con el sofá, la mesa de vidrio en medio de la estancia y la puerta. Negó, sintiéndose realmente feliz de haber devuelto el banquete del menú gourmet y haciendo un enorme pedido de toda la comida chatarra que a su prometida tanto le gustaba consumir. Aquella boda sería muy interesante, eso no lo ponía en dudas.

Eterno pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora