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___ ¿Disculpa, qué? Nora, ¿mi esposa? ¿esa Nora te gusta? Oh mi Dios. ¿Eso como pasó?

Ante aquella confesión. Lauren decidió que lo mejor sería hablar sin estar desnuda, por lo que le pidió a ambas un momento a solas para poder cambiarse. Una vez lista, las tres mujeres volvieron a reunirse en la privacidad de la habitación de la mayor.

___ Si Camila, esa Nora es quien me gusta ___ escupió enojada ___ Mira. Yo sé que es difícil de creer, sé que amo a tu hermano y he sido muy feliz en estos años pero... el día que la besé, mi mundo se quebró, ¿ok? No he podido dejar de verla ni de pensarla y ya no sé qué demonios hacer.

Lauren apretó su hombro en señal de compresión y apoyo. Ella había pasado por lo mismo, sabía que estaba mal sentir algo por la esposa de su hija, pero ella simplemente no pudo controlarlo. Desde el primer día que la vió, algo se sacudió en su interior, Lauren lo supo en aquél mismo instante... su atracción hacia la menor era innegable.

Y ahora ese sentimiento día con día iba en crecimiento.

___ Te entiendo ___ murmuró ___ Ambas lo hacemos, porque a las dos también nos sucedió y ninguna tiene el derecho de juzgarte.

Camila la miró ofendida.

___ ¿Perdón? Es mi esposa y... ¿en qué momento fue que la besaste? Joder Ashley, se supone que eras heterosexual ___ se alteró.

___ Si, al igual que ella ___ señaló a Lauren ___ ¿Y qué le pasó a ella? Cayó rendida por ti, genio.

___ Lo sé, pero estamos hablando de Nora, ¡Nora! Mi esposa.

Lauren sintió como algo invisible apretaba ligeramente su pecho. Mordió su labio inferior y miró de soslayo a Camila, ella se veía realmente afectada por esa confesión. Parecía herida de algún modo u otro, era como si le molestara que alguien más mirara con otros ojos a Nora.

___ ¿Te molesta eso? ¿Estás hablando en serio, Camila? ¡Estabas teniendo sexo con su madre! ¿De verdad te ofende que me guste tu esposa? ¿La mujer a quién engañas? ___ pero Ashley no planeaba quedarse callada. Lauren tragó con pesadez, sintiéndose inmediatamente mareada.

Su corazón dolía, pero ella no lo demostraba. Tomó asiento en silencio, y se dedicó a observar a ambas mujeres pelear.

___ Yo quería dejarla, ¿ok? Pero Lauren aún no está lista y eso debo respetarlo me guste o no ___ aclaró sintiéndose avergonzada por ser juzgada.

___ Yo no estoy hablando de eso, Camila. Sé que Lauren no está lista y eso es comprensible, estamos hablando de su hija, ¿bien? Yo lo entiendo ___ escupió bruscamente ___ Lo que no comprendo es tu enojo por mis sentimientos. Tienes a una mujer que te corresponde ahí sentada, ¿por qué te molesta mi gusto por la que ya no amas?

Camila abrió su boca y la cerró con velocidad. No lo sabía, no lo entendía y quería entenderlo. ¿Por qué le molestaba? Ella ya no siente nada por Nora, ¿cierto? Sentía cariño, algún tipo de apego, pero no más amor. Entonces, ¿por qué se sentía de aquella forma?

___ No siento nada por ella, Ashley. Esto sólo... me tomó por sorpresa, ¿bien? Lo siento. Le tengo aprecio a Nora y odiaría lastimarla más de lo que ya lo hago, así ella no lo sepa.

Lauren no quedó complacida con esa explicación estilo defensa. Pudo verlo, vió la duda en sus ojos mientras pensaba en una rápida respuesta. Acarició su frente sintiéndose adolorida y un poco asqueada. Sentía celos, fuertes celos de su propia hija.

Ashley asintió, bajando la guardia y calmando su alterada respiración.

___ Está bien, lo entiendo perfectamente. Es tu esposa de quien hablamos, supongo que es considerado normal tu auténtica preocupación por ella.

Lauren se levantó de la cama.

___ Necesito ir al baño, disculpen...

Ashley y Camila se miraron para luego verla salir con velocidad del cuarto. Ashley suspiró mientras negaba.

___ Ten más cuidado, Camila ___ la morena la miró confundida ___ No puedes disponer de dos, cuando debes elegir sólo a una.

Salió de la habitación dejándola con una enrome duda en su ser. Camila sabía a lo que ella se refería, de alguna manera entendió su breve silencio antes de responderle con palabras vacías. Y temió, temió que no solo Ashley se hubiese dado cuenta de ese pequeño e inentendible error.

___ ¡Bajen todos a comer! ¡Nora ya llegó con la pizza! ___ Dylan gritó desde el primer piso.

Camila mordió su labio inferior. Todo éste tiempo, mientras Ashley se confesaba, ella solo pensó en cual herida se sentía cuando claramente no tenía ese derecho. Mientras que, Dylan, el hombre que directa e indirectamente la estaba apoyando se le había olvidado.

Nadie más que él y su esposa saldrían mal parados de toda esa extraña situación. Camila se odió por ello. Lauren regresó a la habitación.

___ Todos nos están esperando, ¿estás bien? ___ ella tenía los ojos ligeramente rojos, había llorado.

Camila lo notó.

___ Lauren, sé lo que piensas y sé cómo debí verme aquí ___ empezó ___ Pero quiero que entiendas una cosa. Eres tú a quien necesito a mi lado, no quiero ni necesito a nadie más.

___ Está bien, lo sé.

Pero Lauren no quedó convencida.

___ Perfecto, bajemos.

En la sala ya se encontraban todos organizados, repartiendo porciones de pizza y hablando entre sí, de todo y a la vez de nada.

___ ¡Hasta que al fin! Vamos, tomen asiento par de tramposas ___ Aaron mordió su pedazo de pizza ___ Aunque no deberían comer por haber hecho trampa, pero bueno.

Las dos rieron falsamente mientras se sentaban, una al lado de la otra, en las únicas sillas que estaban libres. Camila miró la mesa con extrañeza, pues, Nora siempre se aseguraba que las dos comieran juntas. La buscó con la mirada y al encontrarla, rápidamente se arrepintió.

Ella estaba junto a Ashley, las dos hablaban en lo bajo y luego se reían. Nadie las miraba, pero Camila no podía ni quería quitarles la mirada de encima. Algo raro sucedía en su pecho y ella no lo entendía. ¿Qué le pasaba? ¿Eran celos lo que sentía? ¿Por qué?

___ Camila, ¿estás bien? ___ Lauren preguntó en su oído con discreción.

Camila parpadeó y se encontró con sus ojos verdosos. Fue entonces que la realidad se perdió y aquél par de hermosos ojos absorbieron por completo su mundo de fantasía, esa tímida sonrisa, las mejillas sonrojadas y el fuerte sentimiento que transmitía su mirada la transportaban.

No, ya no sentía amor por Nora; pero había algo, algo que no entendía y ella moría por entender.

Eterno pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora