La puerta de la casa había sido tocada con delicadeza. Ella caminó con elegancia hasta la estancia, pasando con lentitud por la fina mesa de cristal y finalmente llegando hasta la puerta. Abrió, sin siquiera esperarse ser invadida por cuatro jóvenes de mediana edad, mirándola con admiración y entrando a traspiés al que había sido su hogar.
Ella tenía entendido que vendrían, pero no tenía idea que sería tan rápido y menos que estarían frente a su puerta ese día en específico. Pues, Lauren los esperaba en acción de gracias, no antes de eso.
___ ¡Oh Dios mamá! ¿Soy yo o cada día que pasa se pone más hermosa? ___ Dylan fue el primero en hablar, dejándola muda y aún sin creerse el hecho de que los cuatro estaban allí, mirándola con el mismo amor de siempre.
___ Ay Dios mío.
Leonard sonrió al escuchar el susurro a la par de su jadeo lleno de sorpresa. Él era el mayor y siempre había sido mucho más apegado a su madre, pero también fue el primero en irse sin tener ningún tipo de arrepentimiento.
Al morir Lionel, quién era uno de los pilares más fuertes de la familia; se alejaron de manera significativa. Lauren pasaba muchas horas en el trabajo, Leonard se había ido de la casa y los hermanos menores se habían concentrado de lleno en sus estudios.
La familia había dejado de ser lo que era para convertirse en las típicas que poseían sonrisas de cara al público y lágrimas en su privacidad. Eso, hasta ese día en específico.
Aaron y Nora la miraron con amor, ilusión y una extraña felicidad que Lauren no veía ni sentía en años.
___ Hola mamá ___ ambos gemelos hablaron casi al unísono, sacándole una sonrisa nostálgica.
___ Están aquí ___ sus verdosos ojos se habían inundado en lágrimas.
___ Aquí estamos, y no volveremos a irnos nunca más.
Respondió Nora abrazándola con fuerza. Leonard se unió a ambas, y más atrás Dylan no tardó en sumarse junto a Aaron. Nuevamente se sentía como antes, aquella unión llena de calidez y felicidad que hace años creyeron perdida.
Lauren los apretó a todos en sus brazos, sintiéndose desarmada y empapada de gruesas lágrimas repletas de nostalgia y amor.
El abrazo había durado poco, pues algunas voces totalmente desconocidas para la madre se habían escuchado detrás de la puerta. Sus hijos se alejaron riendo y disimulando sus rostros llenos de emoción, abrieron el objeto de madera con cuidado, dejando pasar a cuatro personas más.
Todos con maletas y grandes sonrisas se adentraron sin permiso en su hogar. Lauren trató de serenar su corazón por la maravillosa visita de sus hijos, sonriéndole con amabilidad a cada uno de los desconocidos.
___ Mamá... ___ inició Dylan con emoción ___ Ella es Ashley, mi esposa. Él es Christian, el esposo de Aaron. Aquella de allá es Amy, esposa de Leonard. Y finalmente está Camila, la esposa de Nora y portadora de la relación más larga entre todos, aunque no por muchos años debo agregar. No es algo que me enorgullece por haber perdido una apuesta, pero lo debo tolerar.
Nora golpeó su cabeza provocando su incontrolable risa, dándole nuevamente vida a la vieja pero bien cuidada casa. Lauren le dió un apretón con cariño a cada uno de los nombrados, feliz de que finalmente podría conocer a las personas que compartían sus vidas con sus hijos.
Los saludo amablemente a los tres hasta que se detuvo. Frunció el entrecejo confundida, mirando aquí y allá, pues, le faltaba una por conocer y saludar.
___ La próxima vez sería muy bueno que me ayudaran a bajar las cosas bola de inú... ___ la voz suave y casi aterciopelada se detuvo apenas cruzó como pudo el portal. Detuvo sus pasos y palabras en seco cuando ambas estuvieron frente a frente, mirándose fijamente.
Dylan se acercó a ellas sonriente.
___ Soy culpable, adelanté la presentación y la estúpida todavía no había entrado ___ murmuró divertido ___ Mamá, ella es Camila. Esposa de Nora y con quién más ha durado ___ se burló sin ánimos de buscar realmente una pelea.
Un zapato de tacón voló a su cabeza una vez acabó de hablar. Dylan lo esquivó por poco, riéndose a carcajadas de su hermana.
Camila no pudo sacarle los ojos se encima a esa hermosa mujer de ojos tan intensamente verdes. Caminó como posesa hasta donde se hallaba de pie y tendió gentilmente su mano, sonriéndole de manera boba. Lauren trataba de procesar la reciente información, siendo una cruda testigo de cómo los engranajes de su cerebro trataban de quitar el óxido que por años estuvo cargando.
Al menos hasta ese día, ese fatídico día donde había empezado a caer en la tentación por culpa de una de sus nueras.
___ Es un placer señorita Lauren ___ Camila sonrió grandemente, quitándole el aire sin ninguna explicación aparente.
___ Es señora, recuerda que estuvo casada y a parte tiene hijos. Más respeto Cami ___ susurró Dylan con burla. Lauren tendió su mano de manera mecánica, ignorando la broma de su hijo menor y concentrándose únicamente en la hermosa morena frente a ella.
___ ¿Si? Pues, te diré que ella parece todo, menos una señora. Y mucho menos una con hijos.
Aquellas palabras no solo dejaron a Dylan con la boca abierta, sino que también a todos los demás e incluso una expresión más impactante en su esposa. Nora abrió los ojos como platos al escucharla.
___ ¡Camilita! ¡No sabía eso de ti! ___ Dylan río divertido. Nora lo miró mal y Leonard solto una enorme carcajada.
___ Ya basta tontos, suban las maletas y ya dejen tranquilos a nuestra pobre madre.
Pero Lauren no escuchó palabra alguna, no luego de oír claramente lo que dijo esa mujer. Camila sonrió apenada al notar que hablo demás, mordió su labio inferior sin saber de qué manera disculparse y decidió que huir sería la mejor opción. Por lo que tomo las maletas que ya tenía cerca para seguir a su muy enojada esposa hasta la habitación donde las dos se iban a alojar.
___ ¿No parece una señora, eh? ___ Nora golpeó su cabeza con fuerza ___ Eres increíble.
___ ¿Qué hice? ¡Intenté ser amable! Demonios ___ bajó la voz mientras la seguía, pero sonrió con timidez al recordar el hermoso sonrojo de esa mujer.
<<La madre de Nora era realmente hermosa>> pensó sin quererlo ni esperarlo.
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Eterno pecado
General FictionEra feliz con mi esposo, y cuatro hermosos hijos. Una mujer felizmente casada y llena de días maravillosos. Fuí amada por quién creía que era el amor de mi vida y admirada por mis seres queridos. ¿Ahora? Había dejado mi felicidad a un lado cuando el...