3.5 𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰.

7.4K 623 71
                                    

•————•

•————•

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

•————•

La llegada de Victoria estaba prevista para ese sábado, donde afortunadamente, Bella, que era tan terca como un tronco, ya habría salido de la ciudad, todo ese nuevo embrollo era más que nada por su seguridad, incluso Antonella lo comprendía. Los Cullen la habían metido en un terreno maldito y se tenían que hacer cargo de las consecuencias. Los intentos de Edward aún persistían a pesar de que Antonella le dijese que ya no estaba enojada con él, pero, cabe recalcar que aún no eran pareja. Al menos...

—Anto.—La vampira se dió la media vuelta y vió a Edward, con un traje de charro y una guitarra.

—Ay no...—Si pudiese sonrojarse lo haría en ese momento. Pero de la vergüenza. No pudo evitar las risas nerviosas que salían de su boca mientras todos murmuraban.—¿Qué haces?

—Vengo a cantarte una serenata.—La maestra de geografía se sintió gravemente conmovida por lo que no puso ningún pero cuando Edward interrumpió su clase.

—Ay Edward.

—Solo cállate y déjame cantar mujer.—Todos rieron y Antonella hizo caso a su orden mientras algunos flashes se encendían para grabar al hombre vestido de mariachi frente a ellos.—AaAanTonEllaAa.—Todos rieron por su intento de español y la pelirroja se rió a carcajadas, sabiendo que lo había hecho a propósito.

La serenata comenzó pronto, sorprendiendo a todos por el perfecto español de Edward y su tono para cantar. A mitad de la canción el labio de Antonella ya temblaba, mientras sus palmas estaban juntas a la altura de su barbilla y sus ojos cristalizados. El chico no se había rendido en su plan por conquistar a la pelirroja, aunque Antonella ya babease por él. Al finalizar la canción todos le aplaudieron al chico de ojos dorados frente a ellos, Antonella rió con la voz quebrada. Todos se quedaron en silencio de nuevo cuando Edward carraspeó.

—Querida Antonella.—Antonella abrió la boca para hablar pero él levantó el dedo en señal de que guardase silencio.—El día de hoy vine a humillarme frente a ti para hacerte una pregunta muy importante que me he estado guardando por un tiempo.

Antonella rió y bufó con su típica sonrisa.—¿Qué pregunta?.

—Yo me preguntaba sí...,—Un silencio absoluto se hizo en la sala.—¿Tú crees en el amor?

—¿Por qué preguntas?

—Es que yo si creo en el amor, y yo creo que tú eres mi amor verdadero. Me gustaría mucho que fueses mi novia, ¿Te gustaría ser mi novia?.—La clase hizo un Awwww, Antonella abrió los ojos fingiendo sorpresa.

CULLEN | Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora