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—¿Cómo está él?.—Le preguntó a Carlisle una vez que llegó a casa.
—Está estable, regresaré más tarde a darle morfina.
—Bien, bien. Perfecto.—Antonella comenzó a mordisquear su uña mientras Carlisle la veía con la ceja alzada.
—¿Hay algo que te preocupe?.
—¿Qué?, no, claro que no.
—Anto, lo veo en tu expresión.
—Yo...—Suspiró y se pasó las manos por el cabello.—Edward fue a llevar a Bella con Jacob, no quiero entrar en su mente, no quiero detenerme a pensar en las miles de posibilidades que cruzan por mi mente en estos segundos sobre si ellos hicieron algo o no.
—Anto...—Se acercó a ella y la abrazó.—Edward te ama demasiado como para lastimarte. ¿De verdad piensas eso de él?.
—Yo, es que yo..., es difícil para mi, Carlisle. Mi novia..., ella me abandonó, ella se enamoró de alguien más y ni siquiera dijo adiós.—Alzó su rostro y lo miró con su labio inferior tembloroso.—Tengo miedo. ¿Y si él también me abandona?.
—No lo hará. No pudo soportar separarse de Bella cuando no era su alma gemela, no me quiero ni imaginar lo que haría si esa persona fueras tú.
Ella asintió y bufó.—Bree fue a cazar con Rosalie y Emmett.—Carlisle asintió y suspiró cansado.
—Gracias por lo qué hiciste, ella..., ella es solo una niña.
—No hay problema.—Se separó de él cuando sintió los olores llegar a su nariz.—Ya llegaron. Yo..., partiré en la mañana.
—¿A dónde irás?.
—Bueno, ya casi es fin de año, pasaré la navidad en Rusia, con Alessandro, después de eso iremos por los Shelby y prepararemos todo para la fiesta de fin de año.
—Está bien, lo entiendo. Yo tengo que volver con Jacob.
—Claro, salúdalo de mi parte.—Asintió, tomó su maletín y subió a su estudio a buscar más morfina.
—Hola.—Dijo Bree de forma tímida mientras se limpiaba la sangre de la mejilla.
