I.M -ZODIACO-

36|Favor al enemigo

Narra Escorpio

—Bueno me cansé de hacer como si entendiera en que estas pensando— solté después de un largo silencio observándola seria mientras me reclinaba en la silla —me pierdo unos días y resulta que de repente parpadeo ¿y el innombrable ya forma parte del equipo? No solo eso, ¿sino que por tu apoyo?—

—Debemos saber que saben— estaba bastante confundida en este momento.

—Mmmm...¿no paso exactamente lo contrario?— alce una ceja en su dirección, consideraba una gran falla en su plan, negó descuidadamente con la cabeza como si me tomara por tonta.

—No soy una emocional, ni tan tonta, se separar muy bien lo personal de este asunto— dijo seria, le lancé una de mis miradas poco convencidas por lo que bajo su cabeza fastidiada —no cometo el mismo error dos veces—

—¿Entonces qué omitiste?— pregunté tras un suspiro.

—Nada del mensaje o la llave, Bertier y nuestra suposición sobre el inmobiliario quedan fuera— aseguró pensativa —tampoco le mencioné a Libra ni a Piscis—

—Todo lo que seguimos en este momento, bastante retrasado—

—Exacto, lo más reciente el fantasma y expediente— asintió pensativa, su mirada sin dirigirse a un lugar específico, casi podía ver los subtítulos de lo que pensaba.

—Así qué...¿Y eso de volver a ser cómo antes?— pregunté con calma como si su distracción no fuera evidente —no creo que esto vaya por ese camino...—

Su compostura se volvió tensa, noté cierta molestia en su expresión, pero aún así veía la determinación en su mirada.

—Ese camino no existe hasta que empiece a cantar, él lo quiere así que tendrá que hablar primero— asentí con calma, tenía sentido y era tranquilizante hasta cierto punto, sin embargo...

—Debemos avanzar pronto, ¿Cuándo empezará a cantar tu pajarito?— Tauro solo se encogió de hombros.

—No dirá todo, debe estar pensando cuanto soltar para confiar— dijo seria, noté perfectamente su seguridad.

—¿Y si no sabe nada en realidad?— pregunté curiosa por su respuesta aún estando segura de la verdad.

—Sabía que era peligroso y lo es, no encajaría para nada con él no haberse informado al respecto— soltó obvia.

La observé por un largo instante esperando ver alguna duda paseándose por su rostro, para mi diversión solo hubo emoción junto con una sonrisa sabelotodo, lo que terminó por convencerme.

—Bien, ambos jueguen todo lo que quieran— mi comprensión sobre estos dos era bastante buena para este punto, me di cuenta de que mis palabras estaban equivocadas, el plan de enfrentamiento de ambos sobre la información era precisamente lo que los montaba en el camino, solo llevaba algunas referencias enigmáticas y ya el camino estaba ahí, mi única preocupación era que mientras más tardaran, más oportunidades tendrían de agarrarse por los cabellos.

Negué divertida, me preguntaba si esta chica era consciente de eso, no, estaba segura de que si, pero como bien la conocía apostaba a que estaba siendo ignorado en el fondo de su cabeza, suspire, por más que intentara no habría mucho que hacer, me negaba a meterme en esa cabeza.

Me miró entre perpleja y ofendida yo solo me limité a guiñarle un ojo con una sonrisa antes de tomar mis cosas y salir de la habitación, la comida me llamaba.

Caminé por el patio tarareando tranquilamente  mientras pensaba en que comería cuando llegara a la cafetería, no prestaba realmente atención a mi alrededor por lo que no fue una sorpresa tropezar con el desnivel.

Me levanté rápidamente enojada sacudiendo mi ropa mientras me reprendía en mi cabeza, sin embargo fui rápidamente interrumpida por la mano en mi hombro y una risa burlona que bien conocía.

—Más te vale no abrir la boca tarado— miré seriamente al rubio hasta ver como cerraba el cierre imaginario de su boca, por su puesto que a este no se le podía tomar en serio.

—Hay que ver como cambia tu humor, por un momento eres la niña que salta en la pradera de flores tarareando tiernamente y terminas como la mascota del diablo enfurruñada en el piso—

—Acuario— escuché una adelantada reprimenda a mi espalda por lo que me giré topándome con la castaña —a comer— dijo simple con una expresión indiferente que me llamó la atención, me giré hacía Acuario cuyo rostro pareció brillar.

«Estos dos se traen algo, no importa como lo vea no suena bien»

Contestó con un rápido cierto antes de tomar nuestros brazos y jalonearnos a ambas hasta la cafetería.

Le lancé una mirada rara a Acuario y una confundida a Virgo sin embargo no obtuve la explicación que buscaba, los labios de Virgo eran planos mientras su mirada se desplazaba tranquilamente por toda la comida en el mostrador, por otro lado, Acuario lucía emocionado alternando su mirada entre nosotras.

Traté de ignorarlo y concentrarme en mi elección sin embargo su mirada era tan pesada que me estresaba y daba curiosidad por igual.

—¿Qué está pasando?— pregunté por fin, Acuario parecía felíz, estaba apunto de abrir su boca cuando fue fuertemente empujado hacia otra persona.

Miré extrañamente a la castaña responsable del ahora gran problema de Acuario que estaba siendo fuertemente reprendido por la chica cuya ropa había sido arruinada por la comida.

—Tks realmente molesto— bufo Virgo mirando divertida como el rubio trataba de salir de la situación —le dije claramente que yo daría la noticia y que me dejara comer con tranquilidad— negó mostrando una expresión grave —realmente te compadezco—

Me quedé pensando en sus palabras mientras ambas mirábamos como Acuario discutía seriamente con la chica y como después de varios golpes ella se retiraba enojada y él volvía con nosotras con una expresión cansada observando la comida en su camisa. Sonreí dirigiendo mi atención a Virgo.

—¿Bien y cuál es la noticia?— una brillante sonrisa que nunca había visto se dibujo en el rostro de Virgo mientras Acuario se cruzaba de brazos enojado.

—Lo tengo— miré entre ambos sin comprender —lo conseguí, el maldito código en el registro—

[...]

Narra Leo

Era un buen día, suponía que el final de los exámenes tenía gran parte que ver con la mejora del estado de animo «por mucho mejor» de todos.

«¿Mi error? Pensarlo»

No habían pasado ni diez minutos de disfrutar la tranquilidad cuando mi brazo fue jalado y arrastrado hasta el pasillo contrario.

Después de unos segundos de confusión me solté rápidamente dispuesta a proporcionarle un puñetazo al idiota cuando me percaté de que idiota se trataba.

—¡¿QUE DEMONI....?!—

No pude terminar de hablar cuando ya su mano estaba sobre mi boca.

—SHHHH....no grites— fruncí mi ceño enojada mientras lo miraba fijamente desconcertada, me estaba tratando como una niña.

Su atención se dividía entre mi y observar de un lado a otro como un loco. De un manotazo retiré su mano de mi cara fastidiada mientras decidía si debía esperar una explicación o largarme lo más pronto posible.

—Espera— detuvo mi brazo en cuanto me moví a un lado.

—¿Bien? ¿Qué quieres Géminis?—

—Necesito un favor— me le quedé mirando perpleja, esperaba la continuación dudando de si mis oídos habían escuchado bien, sin embargo solo hubo silencio, y para el momento en que iba a rectificar lo que había dicho me sorprendió invadiendo mi espacio personal repentinamente, dejándome de piedra envuelta entre sus brazos.