23|Busqueda y Castigo

209 22 0
                                    

Narra Virgo

Me encontraba corriendo por los pasillos sobre la hora, se me hacía tarde para el ultimo día de mi castigo, exageradamente tuve que pasar una maldita semana en la sala de detención para mis horas libres, demasiado para la pequeñez del asunto, ni siquiera había tocado un cigarro, claro que el olor que traía encima esa tarde no ayudó mucho en mi defensa, menos mi status en el piso aquí.

Suspiré pesadamente con evidente fastidio y cansancio mientras reunía mi paciencia para manejar con calma la puerta cerrada frente a mí, toqué un par de veces antes de que la amargada mujer se dignara a abrirme y después de su reproche por impuntualidad el cual ignoré completamente pasé y me senté en el mismo lugar en que lo había estado haciendo las demás tardes. Sin ninguna esperanza de cambio o progreso saqué el anillo de mi bolsillo para observarlo sobre el pupitre, «nada» los números recorrieron mi cabeza toda la semana, en cada clase y toda la noche, aun así no conseguía dar con su significado lo que me tenía un tanto malhumorada y distraída.

—¿Virgo?— la voz me sacó rápidamente de mi mundo para ver a mi amiga sentándose en el pupitre a mi lado.

—¿Y ahora tu? ¿qué hiciste?— pregunté con curiosidad a la pelinegra que mantenía la vista en el anillo, se lo pasé suspirando.

—Pues trataba de hacer un avance con lo de los informes pero resulta ser que por cierta persona ahora la torre esta cerrada— la miré mal pero siguió antes de que pudiera soltar algún comentario —con tal que buscaba las llaves y me atraparon— empezó a jugar con el anillo.

—Debiste dejárselo a Tauro pudo tratar con su hermana—

—Es una simple secretaria que tanto...— soltó indignada, yo alcé una ceja —claro— suspiró.

—¿Y Tauro?—

—En clase, yo tenía una hora libre— asentí, un reproche atrajo nuestra atención al frente obligándonos a callar, al parecer habíamos alzado mucho la voz —amargada— susurró Escorpio reclinandose en la silla, no le presté atención tomando el anillo —¿nada aún?— negué.

—¿Acuario?— suspiró.

—Está un poco alterado, es raro que no conozca a alguien dentro de la institución— alcé una ceja —no ha dado con el tal Libra, tal parece que es un desconocido por estos pasillos, ¿qué hay de Leo?—

—Nada más allá de leer, las clases le han impedido ir al famoso rosal—

—¿Crees que tienen algo que ver? Podría ser solo un admirador— fruncí el ceño.

—¿Flores muertas? Encantador— Escorpio sonrió y me miró divertida.


—Tanto como el que te dejó el animal muerto— rodé los ojos.

—Que esperanza—

Narra Tauro

Salía de mi ultima clase, la semana había sido un tanto agotadora sin avance alguno por el trabajo, el periódico había tenido unos cuantos problemas por cierta publicación lo que requirió una atención especial para amortiguar los daños y evitar una demanda de cierta castaña diva del instituto. Caminaba suspirando cuando enfoqué mi vista en cierto chico que lucia alterado y bastante distraído, lo suficiente para llevarse por delante a unos cuantos.

—Eh Acuario— el chico se giró rápidamente al llamado buscando al responsable hasta que dio con mi mirada.

—Hola Tauro ¿qué ocurre?—


—Eso te pregunto yo a ti ¿qué sucede?— no se veía para nada bien.

—No tengo mucho tiempo, he estado investigando al supuesto chico, al fin tengo información así que debo apresurarme— asentí un tanto confundida frenándolo antes de que partiera nuevamente.

—¿Sabes dónde están Leo y Escorpio?—

—Leo estaba leyendo hace un rato en el comedor, Escorpio esta en detención, adiós— y sin poderlo evitar esta vez se perdió entre los pasillos.

Me había dejado confundida, no tenía idea de porque Escorpio se encontraba en detención pero por lo menos Virgo tendría compañía, suspiré antes de empezar a caminar en dirección al comedor, con algo de suerte Leo seguiría ahí.

Mi mente dio rápidamente con el recuerdo de Capricornio cuando mis ojos se encontraron con él en los pasillos, estaba un tanto enojada, claramente sabía algo y se atrevía descaradamente a mentirme en la cara y "ordenarme" que me dejara de "estupideces" sin explicación alguna, al principio me mantuve tranquila, generalmente lo era, pero él se había encargado de acabar con mi paciencia y ahora estaba más decidida que nunca a encontrar algo.

Después de unos minutos conseguí llegar a las puertas del comedor, sin embargo detrás de estas no se encontraba nadie, incluso las cocineras parecían haber partido y las puertas se encontraban selladas, «¿qué esperaba de mi suerte?»

Suspiré antes de seguir con mi camino en busca de mi amiga, lo más lógico sería dirigirme a su habitación. Después de unos cuantos toques la chica por fin abrió, sin embargo para mi sorpresa me topé con una muy molesta Leo en bata.

—¿Pasó algo?— pregunté con cuidado.

—Menos mal que al fin llegas, tal parece que un par de idiotas entró a nuestra habitación mientras estábamos en clases—

—¿A qué te refieres?— pregunté confundida mientras mi mirada recorría la habitación sin encontrar nada extraño, ella señaló a su espalda donde al fin noté el armario vacío.

—¡Se llevaron toda la maldita ropa y necesito que ponerme!— estaba bastante enojada.

—¿Y lo qué cargabas?—

—Una muy injusta guerra de comida—  no necesitaba una mayor explicación, asentí a lo que ella se cruzaba de brazos.

—Bien, te traeré algo para ir a recoger sus cosas, Escorpio y Virgo no deben tardar en salir del castigo— me observó curiosa.

—Virgo lo sé pero ¿qué hizo Escorpio?—

—Una pregunta que pronto nos contestarán— dije haciendo una leve seña de despedida y me dirigí a mi habitación buscando algo que le sirviera.

Narra Acuario

Debía admitir que encontrar al chico fue un trabajo duro, por lo visto sabía ocultar su presencia, por más que había preguntado era poco lo que conseguía y la vigilancia que monté en el ala no sirvió de mucho, hasta me planteé la posibilidad de que simplemente le hubiera dado un nombre falso a Virgo, sin embargo no era la clase de chico que se rendía fácilmente y mi trabajo por fin rendía frutos cuando me topé con cierto extraño chico de ultimo año, la verdad esperaba que fuera de más ayuda su información, clara decepción pues ni un apellido me dio, aun así me era más útil que el resto, ahora seguía la pista hasta la vieja cancha exterior.

"Si es fumador y el ala beta esta cerrada lo más probable es que ahora este fumando en la vieja cancha"

Y tal parece que el chico no estaba tan equivocado pues cuando llegué observé a una única persona de cabellos marrón oscuro apoyado en una de las tantas rejas de la cancha fumando un cigarrillo.

—Libra— alzó la cabeza observándome confirmando su identidad —eres alguien difícil de encontrar...—

I.M -ZODIACO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora