25|Indicador

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Narra Leo

Desperté un tanto cansada, como máximo había dormido unas dos horas, la flor en la ventana me dejó un mal sabor en la boca y una molestia en el estomago, la aparición de estas me preocupaba y si esto era parte de la broma de esos tarados la pagarían caro, el recuerdo de lo ocurrido ayer llegó a mi cabeza, que bien se había sentido esa cachetada, sonreí, sin embargo tenía que volver a la realidad donde había realmente un gran problema.

—¿Qué se supone que haremos?— habló Virgo entre bostezos desde su cama, claramente acababa de despertar. Para nuestra desgracia ni Escorpio o Tauro tenían suficientes uniformes lo que nos dejaba con unos veinte minutos para buscar que usar en vez de una pijama.

—Es una buena pregunta— suspiré antes de levantarme para tomar una ducha, sin embargo algo en el suelo captó mi atención —Virgo—

—Mmm— respondió aun acostada dirigiendo su mirada en mi dirección aburrida, le hice una seña hacia el suelo hasta que notó la hoja en este, se levantó descalza y tomó la nota leyéndola detenidamente —bueno considerando el tiempo no tenemos muchas opciones— gruñó, la miré confundida hasta que me pasó la carta.

—"Si quieren su ropa devuelta vayan a los vestuarios masculinos a un cuarto para las 7" suena a trampa— Virgo rodó los ojos

—Por su puesto que es una trampa, pero tenemos cinco minutos para ir al menos que queramos un castigo por no llevar el uniforme, sinceramente no estoy dispuesta a pasar otra semana ahí— gruñó.

Sin otra cosa que hacer me preparé como pude dejando a Virgo hacer lo mismo mientras iba a pedirle ropa a Tauro y Escorpio, claro que fue en vano pues ninguna, por más que toqué, me abrió la puerta.

—Ya no tenemos tiempo— dijo Virgo a mi espalda ya lista, gruñí en respuesta antes de asentir y dirigirnos al gimnasio en pijama.

Ya eran varios los alumnos que recorrían los pasillos para la hora, ignorando los comentarios y una que otra mirada desagradable nos apresuramos a entrar al amplio salón sorprendiendo al entrenador.

—¿Se puede saber qué clase de fachas son esas para andar recorriendo los pasillos? deberían estar avergonzadas—

Después de una serie de excusas y disculpas interrumpimos al hombre para poder ingresar a los vestuarios sin mayor inconveniente, claro que eso fue hasta que abrimos la puerta y nos dimos con un espectáculo en el que las miradas se posaron en las recién llegadas las cuales no tenían razones para irrumpir así en el vestidor de los chicos.

Maldije por lo bajo y vi el gesto fruncido de mi amiga la cual ya se dirigía a nuestro objetivo.

—Bien, bien, bien, muy graciosos hacernos entrar en pijama tras acabar su entrenamiento, linda vista, ahora ponte la maldita camisa y entréganos nuestra ropa— soltó enojada ante el par que sonreía.

—Buenos días a ustedes también, concuerdo, es una linda vista— comentó Aries divertido mientras terminaba de vestirse.

—Ni crean que ganaron algo con esto—

—Tampoco veo que perdamos y la verdad lo estoy disfrutando—

—Púdrete Géminis, ¿dónde está la ropa?—

—Hey ¿qué demonios hacen aquí?— me giré hacia el grito de Tauro quien venía llegando junto con Escor.

—Me parece que eso deberíamos preguntarlo nosotras— alzó una ceja Virgo sin despegar su mirada del par recién llegado mientras yo mantenía mi mirada molesta sobre los otros dos.

—Su presencia aquí no pasa desapercibida y los rumores corren rápido, los de su castigo y reprimenda no son alentadores, será mejor salir de aquí antes de que empeoren— respondió Escorpio aburrida.

—Claro, una vez que este par de idiotas nos devuelvan nuestra maldita ropa— los miré incrementando la seriedad mientras Tauro y Escorpio se mantenían apartadas.

—Si seguimos en estas no conseguiremos nada más que aumentar nuestro castigo, voy por el plan b— asentí entendiendo lo que pensaba, todo lo que necesitó para salir junto con Escorpio del vestuario mientras Tauro se ponía a mi par.

—Bien, ¿las cosas?— dije más tranquila sin dejar atrás el enfado, Aries rodó los ojos terminando de recoger sus cosas mientras que su hermano solo se encogió de hombros.

—Vaya que les gusta arruinar la diversión— dijo Aries antes de tomar su mochila y continuar hasta la salida.

—Último casillero a la derecha, suerte adivinando la contraseña— soltó Géminis satisfecho siguiendo a su hermano.

—Malditos— susurré frustrada dirigiéndome a los viejos lokers seguida por Tauro quien trataba de calmarme.


Era obvio que ya estábamos sobre la hora, todo el equipo había despejado el lugar para dirigirse a sus respectivas clases, mientras nosotras solo pensábamos que hacer ahora frente al estupido casillero que no podíamos abrir.

—¿Tal vez Escor pueda con la cerradura esta vez?— opiné obteniendo rápidamente la negación de Tauro.

—¿Acaso quieres pasar una semana sin tu ropa?— ahora era mi turno de negar, ahí se iba mi pequeña esperanza.

—¿Qué ocurre?— Tauro mantenía de una manera extraña la mirada fija sobre el casillero mientras mordía la punta de su lengua pensando.

—El número de casillero— señaló, después de mirar unos segundos le devolví una mirada interrogativa —¿de cuántos digitos la contraseña?— observé confundida el candado en la cerradura.

—Cuatro—

—Tal vez no sea nada y un poco enredado pero...¿recuerdas los dígitos del anillo?—

—72J0829, Virgo no ha dejado de repetirlo— asintió apuntando a la hilera de casilleros frente a nosotras, cada uno señalaba en letras azules números entre el uno y el cien acompañados de una N —72J el indicador— solté sorprendida.

—0829 el código— dijo sonriente con un raro brillo en su mirada.

I.M -ZODIACO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora