11|Bienvenida

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Narra Leo

A la mañana siguiente Virgo y yo hablamos con el tal Acuario sin mencionarle a quién iba dirigida la broma, dijo que tendría todo listo para las cinco, tiempo suficiente para los preparativos de la noche, una vez con el acuerdo cerrado tomé mis cosas y me dirigí a mi siguiente clase, el día había sido completamente aburrido y sin percances claro que eso fue antes de que el profesor me pidiera un favor «tal parece que no estaba en posición de negarme», caminé por los largo pasillos en busca del almacén de ciencias, un pequeño cuarto al final del pasillo, por fin, abrí la puerta con la llave que me entregó el profesor y entré al oscuro cuarto, con la linterna del teléfono me ayudé y fui hasta la vitrina que tenía los reactivos, sin embargo, cuando buscaba lo que se me pidió la puerta que hasta hace unos segundos estaba abierta se cerró.

«DEBE SER UNA BROMA»

Corrí hasta esta tratando de abrir, no era fanática de los espacios cerrado, pero cuando lo intenté la manilla quedó en mi mano, empecé a golpear la puerta desesperada, pensando que tal vez alguien me escucharía, pero nunca vino nadie...maldigo mi suerte.

[...]

Narra Escorpio

Salía de mi habitación para la siguiente clase cuando vi que Virgo venía a toda velocidad.

—Eh chica ¿qué sucede?— la frene, estaba bastante distraída.

—¿Haz visto a Leo? Se supone que al salir iríamos por las cosas con Acuario pero nunca llegó— yo solo negué, no la había visto desde el desayuno.

—¿Le preguntaste a Tauro?— asintió pensativa.

—Sin suerte, Leo suele ser puntual—

—¿Qué crees que...— antes de que pudiera terminar la pregunta me interrumpió con la respuesta.

—Que puede estar en su "bienvenida"— asentí, era lo más probable —tengo que encontrarla— dijo para empezar a correr, yo la seguí de cerca.

—Te ayudo— me lanzó una sonrisa y siguió por el pasillo —¿cuál era su última clase?—

—Química—

—Vamos por Tauro y luego al aula— propuse recibiendo un asentimiento de su parte antes de dejar que guiara el camino.

[...]

Con Leo

Una hora, una maldita hora llevaba aquí encerrada, había conseguido calmarme después de un pequeño ataque de pánico y maldecir a medio mundo, me encontraba agotada, era un fastidio estar atrapada aquí, ya había registrado todo el lugar en busca de una salida.

Observé a mi alrededor analizando la situación, ventanas, rejillas, ductos, cualquier cosa que me sacara de aquí, en la parte superior de la habitación divisé una ventilación, ya lo había hecho antes con Virgo y no terminó bien, rendida me recosté en una de las paredes deslizándome hasta tocar el suelo, «moriré aquí, volveré como fantasma y joderé al chistosito que hizo esto».

Tiempo después sentí ruidos en el pasillo, estaba confundida y adormilada, me acomode rápidamente, una rosa marchita que no había visto reposaba en mis piernas, no me dio tiempo de analizarla cuando escuche voces.

—¡LEOOOO!—

—Aquí, libérenme malditas— me apresure a responder.

—Por aquí— escuché que decía Tauro acercándose con otros pasos a la puerta —¿Leo?—

—Nunca fui tan feliz de escucharlas, si que tardaron, sáquenme de esta mierda ahora—

—Yo me encargo— escuché a Escorpio para luego sentir como la puerta se movía sin llegar a abrirse.

—A ver, déjame a mí— y tras las palabras de Virgo el seguro cedió y la puerta se abrió.

—¿De dónde sacaste las llaves?— preguntó una confundida Tauro, Virgo solo se encogió de hombros bajo la mirada de todas.

—Bueno dos cosas, uno, gracias, dos, esos idiotas nos las van a pagar— dije seria saliendo del cuarto.

—Y los reactivos que...— me recordó Escorpio.

—Al diablo con eso— comencé a caminar hacia nuestra habitación dejándolas nuevamente atrás.

—Bueno, andando— dijo Virgo a mis espaldas cerrando la puerta —tenemos cosas que hacer—

I.M -ZODIACO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora