26|El sueño de Tauro

224 21 7
                                    

Narra Tauro

Estaba consciente de lo improbable que parecía mi idea pero sin más opciones a intentar valía la pena, claro que eso no fue suficiente para evitar la decepción cuando el casillero que buscábamos no existía en el vestuario. Virgo y Escorpio habían regresado unos minutos después, la primera ya cambiada y la segunda con ropa extra para Leo, no fue mucho lo que tardaron en abrir el casillero, ahora sin cerradura, ya tendrían un castigo por el show en el vestuario masculino, «¿qué tanto por romper una cerradura?»

Al salir rápidamente las pusimos al tanto sobre la idea, por supuesto se decepcionaron cuando llegamos a la parte en que no funcionó y volvíamos a estar en cero.

Después de un tranquilo desayuno saltándonos la primera hora de clases, los rumores sobre el par de putas que buscaron seducir al equipo masculino entero no tardó en llegar a nuestros oídos, Virgo y Leo actuaban indiferentes pero era claro que estaban enojadas por la situación.

Cuando la tarde llegó me dirigía al periódico para lo que esperaba fueran horas tranquilas sin embargo apenas puse un pie en la puerta fui frenada por el mismo director de este, sin mayor explicación me entregó el papel de castigo, no necesitaba una explicación, era clara la razón, arrugando el papel con fuerza en mi puño me dirigí con mala cara a acompañar a mis amigas.

Hacia unos días había escrito un articulo sobre la mayor de las hermanas Reidly, hijas de un gran empresario extranjero y una gran zorra, grave error cabe destacar, me hizo la vida un rollo hasta que arreglé el problema del articulo, es claro que solo esperaba eso para hablar y que me castigaran.

Suspiré antes de ingresar al aula de castigo y dirigirme directamente a los pupitres del fondo junto a mis compañeras quienes se limitaron a guardar silencio.

La idea del indicador de un loker se mantuvo presente en mi mente todo el día, aun después de salir del castigo.

—Bien, ¿qué haremos ahora?— dijo Leo tras un suspiro agotado.

—No sé tu pero solo quiero encerrarme en la habitación y dormir, estoy cansada de los susurros de puta cada que pasamos entre la gente, sinceramente es casi espeluznante— soltó Virgo con evidente cansancio.

—¿Y Escorpio?—

—Sino me equivoco tenía practica con el...— no terminé la oración cuando noté a la pelinegra desarreglada corriendo en nuestra dirección.

—Hablando de la reina de Roma—

—¿Y a ti qué te paso?— preguntó Virgo con el ceño fruncido.

—Tal vez no estemos en cero— todas la miramos confundidas mientras trataba de quitarse el cabello de la cara y arreglar su desordenada ropa —estaba apurada—

—¿Y bien? ¿Algo de no estar en cero?— soltó Virgo tratando de apresurarla.

—Si, andando— y sin más empezó a correr por donde vino.

Me le quedé mirando un instante antes de ver a las otras dos que solo se encogieron de hombros antes de ponerse en marcha, solo las seguí sin entender nada, en cuestión de minutos ya nos encontrábamos en el vestidor de chicas del gimnasio completamente vacío.

—Ahora ¿qué ocurre?— pregunté aún confundida mirando alrededor.

—Lo de los casilleros estuvo en mi cabeza todo el día— empezó Escorpio manteniendo el suspenso.

I.M -ZODIACO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora