37|Un novio endeudado

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Narra Virgo

Mis ojos no se despegaron ni un segundo de Escorpio esperando su reacción, parecía realmente perdida, desubicada en el mundo, lo que me complació bastante.

Acuario se acercó a su lado y agitó su mano frente a sus ojos esperando ser alejado de un manotazo, viendo que no hubo dolor se puso frente a ella y revolvió su cabello con fuerza antes de girarse en mi dirección con completa seriedad digna de un profesional.

—La perdimos—

Negué con la cabeza baja en silencio terminando de llenar mi bandeja para dirigirme hacia una de las mesas vacías de la esquina, a mi espalda escuché el quejido de Acuario antes de que la silla a mi lado se corriera y la pelinegra tomara asiento.

—Abusan de mi, y yo aquí siendo un pan, en lo que me han convertido estas locas— escuché decir al rubio con expresión lamentable llevando la bandeja de Escorpio frente a ella.

—Mmm...en mi opinión ya eras masoquista— me encogí de hombros recibiendo una muy mala cara de su parte.

—Para todo lo que hago por ustedes deberían estar infinitamente agradecidas, hacerme una estatua, un altar y hasta un templo— soltó muy serio.

—Hasta dónde yo sé esto es solo culpa tuya— miré a Escorpio sonriendo.

—Hasta dónde yo sé soy el más inocente de todos aquí—

—Y hasta dónde yo sé, eres el vicioso que apostó— cerré por fin poniendo una de mis manos en su hombro —pero ¿sabes qué? Siendo un buen sirviente recibirás buenos bonos—

Escorpio sonrió, mientras que Acuario lucia mucho más deprimido que antes.

—Bien ya que acabamos con Acuario, suelta lo que has encontrado de una buena vez— habló Escorpio enderezándose en su asiento mientras llevaba una fresa a su boca.

Sonreí tomando mi bolso a un lado para sacar tanto los registros como uno de los libros que Leo había retirado hace bastante de la biblioteca, los puse sobre la mesa y los deslice de un empujón hasta Escorpio.

La pelinegra rápidamente dejó los cubiertos a un lado y abrió los registros en la página marcada, su mirada cayó de inmediato en la palabra rodeada en rojo, sus ojos ligeramente más abiertos.

—72j......¿Una caja fuerte?—

—En la torre C habitación 264— asintió Acuario mientras le pasaba el grueso libro abierto a Escorpio —la caja fuerte lleva ahí desde hace 25 años—

—Para el momento en que se hizo la renovación solo existían tres torres, la torre A se terminó de construir hace unos 7 años— expliqué señalando el libro.

—Eso quiere decir que...¿Está en nuestra torre?— asentí seriamente —pero Anne era una rica de primer nivel—

—Exactamente, pero el anillo no es algo que una torre C no pueda adquirir— respondí —tal vez no tenga que ver con la habitación de Anne, pero sí lo que encontremos ahí esta relacionado tendremos a una persona más involucrada—

—Tenemos que ir— aseguró Escorpio.

—Debemos averiguar primero quién duerme ahí— la frenó Acuario —no podemos irrumpir en la habitación de alguien de repente y registrar su caja fuerte—

—Bueno poder...poder..., de poder podemos pero no deberíamos— corregí.

—Bueno— asintió Escorpio un tanto pensativa, alce una ceja en su dirección —¿desde cuándo hay cajas fuertes en nuestras habitaciones?—

Lo pensé durante unos segundos repasando la asquerosa habitación en mi cabeza, terminé por encogerme de hombros.

—Lo más probable es que ya no esté ahí—

—¿Piensan lo mismo qué yo?— preguntó Acuario con una expresión coqueta, podía ver el brillo de diversión en sus ojos que no tardó mucho en contagiar a Escorpio, sonreí de lado, claro que lo hacia.

—Andando—

[...]

Narra Leo

Sentí un fuerte escalofrío recorrer mi espalda, mi mente se quedó en blanco mientras mi cuerpo se tensaba por completo, no volví en mí hasta que sentí como sacudían mi hombro.

—¿Hey Leo te encuentras...?— no lo dejé terminar cuando lo empuje lejos de mí.

—¿Qué demonios crees que haces?— solté enojada —uno no se acerca así a la gente que te sucede en la cabeza—

—Eh....¿No te parece exagerado?—

—¿Me estás diciendo exagerada?—

—Pues para alguien que me sacó de la ducha mientras me bañaba, si, esto es algo exagerado—

—Yo...— sinceramente no tenía una respuesta en este momento —solo respeta mi espacio personal y explicame que ocurre— fruncí mi ceño esperando una excelente excusa para haber invadido mi espacio.

—Ya lo dije, necesito un favor— alce una ceja, aún escuchándolo una segunda vez no me lo creía.

—Desarrolla— apresure tratando de entender que tenía que ver eso con el abrazo de recién, realmente no me agradaron ninguna de las ideas.

—Finge ser mi novia—

—...—

Sep, debía estar sorda o él drogado, eran las únicas explicaciones que encontraba para esta locura, sin poder evitarlo una carcajada dejo mis labios, pero tan rápida como vino se secó al notar la cara completamente seria y tensa del idiota.

—Que yo sepa no te debo nada— dije rápidamente notando como se tocaba la frente con frustración.

—Pero si lo haces yo te deberé— me quedé en silencio un largo rato pensando con el ceño fruncido, considerando seriamente si existía alguna cosa que le quisiese pedir que valiera la pena tal sufrimiento, aún no encontraba nada, me di la vuelta para irme y olvidar que alguna vez tuvimos esta conversación cuando volvió a hablar —por favor— suspire.

—¿Por qué necesitas una novia falsa?— pregunté curiosa mirándolo de reojo aún con la salida en mente.

—Alguien no quiere dejarme tranquilo, si no estoy disponible...—

—¿Y decides pedírselo a tu enemigo en mitad de la guerra?— sonreí burlona, realmente me parecía muy tonto, cualquier oportunidad que tuviese de fastidiarlo la tomaría, «¿Qué no entendía el juego?».

—No, se lo pido a la chica que se levanta temprano para escucharme tocar, la que disfruta de mi música y con la que no me quiero matar en el tiempo libre de mi—

—Maldito idiota— dije entre dientes sin mirarlo, mis puños fuertemente apretados, me imaginaba perfectamente la sonrisa coqueta con la que acompañaba sus palabras que se repetían sonoramente en mi cabeza, ahora solo me provocaba borrarla de un solo puñetazo —me deberás mucho Mcallister, aumentará cada vez que vea esa sonrisita tuya—

I.M -ZODIACO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora