1|Llegada

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Narra Leo

«Caminar, odio caminar»

Arrastraba los pies por la empinada subida de un para nada agradable sendero en medio del bosque, empezando a cuestionar las cosas que había hecho para terminar en esta situación, así como el qué me pasaba por la cabeza al momento de empacar tan pesado equipaje.

—¡Virgoooo!— grité fuertemente cuando el silencio entre ambas fue demasiado y el aburrimiento iniciaba su acto de presencia.

Me encontraba unos cuantos pasos por detrás, pero eso no evitaba que sintiera su aura malhumorada no muy diferente de la mía.

—¡Leoooooo!— respondió de igual forma aburrida.

—ESTOY CANSADAAA—

—¿Y qué pretendes que haga?—

—Cargarme como la gran amiga que eres—

—Pfff—

—Al menos disimula, eres muy mala—

—Hasta que dices algo coherente—

Ella era Virgo, mi mejor amiga desde el jardín de niños, nuestro trato era un tanto especial y nuestra amistad inquebrantable. Nos conocimos poco después de su llegada al pueblo, cuando tomó el lugar de mi nueva vecina. Al principio para nadie era un secreto que no me agradaba en lo absoluto, «¿cómo decirlo delicadamente?» Era alguien irritante, retraída, desinteresada, terca y rara, con tendencia a ser antipática y bien asocial, además de la listilla de la clase; yo en cambio, niña riquilla, orgullosa, contestona, peleona, de notas promedio, con una gran pasión por la moda, de tendencia creativa, y por supuesto, increíblemente sociable. Ambas pasamos por mucho, claro que después de pasar un día en la sala de castigos por iniciar una guerra de comida fue suficiente para unirnos.

Después de unos 10 años dicha relación se ha mantenido, ahora teníamos 17 y cursábamos nuestro penúltimo año para la universidad, momento justo en que la escuela cierra y nuestros padres nos envían a un internado en medio de la nada a millones de kilómetros de distancia.

Tras un viaje agotador de unas siete horas nos dimos con que las cosas son muy diferentes por estos lados, «cosa obvia considerando que venimos de un pueblo realmente chico». Primero, la gran cantidad de vías en comparación con nuestro hogar era abismal, Virgo con su pésimo sentido de orientación se perderá en cuanto salga; Segundo, la cantidad de gente es abrumadora, punto a favor para mi vida social; tiendas, tiendas y más tiendas, a mi favor; y por último, cero transporte después de las cuatro, e injustamente fue en ese punto en el que ambas nos jodimos.

—¿Cuánto falta?— pregunté nuevamente después de un largo rato.

—Deja veo en mi teléfono, oh ¡claro! lo dejaste sin batería y ahora ni siquiera sé si este es el camino—

—Ya te he dicho que el rencor es malo, además estoy segura de que este es el camino—

—Esto parece mas desierto de mala muerte que una escuela de élite—

—Tal vez no haya mucha gente—

—¿En serio? ¿En el colegió princeso de ricuchos no hay mucha gente?— soltó en su tono desagradable.

—Si, y te he dicho que debes dejar de decir cosas como esas, pueden no caer muy bien a... muchas personas—

—Como si me importara—

Después de una media hora bajo la gran pepa de sol, sin agua y con equipaje pesado, cual mulas por fin nos encontrábamos ante un tétrico portón negro...nuestra nueva vida comenzaba...

I.M -ZODIACO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora