Salvada a tiempo

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Salvada a tiempo
De pronto, un grito desgarrador te hizo desaparecer, como si se tratara de un macabro acto de magia.
Estabas a punto de desprender el último botón de mi camisa y yo ya sentía la tibieza de tus manos, en mi piel.
Nuestra asignatura pendiente estaba a punto de ser rendida y, seguramente, salvada.
Cuando tomé aire para gritar tu nombre, ¡otra vez ese grito maldito!
Fue cuando estiré mi brazo derecho y apagué la alarma.
Suspiré aliviada. Ese segundo grito no fue macabro... ¡Fue mi salvación!

                  ilargiluna
                   7/21

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