Por siempre tuya

17 2 13
                                    

     El escandaloso silencio me despertó sobresaltada y con miedo.
Saqué la mano de abajo de las mantas, tanteé la mesa de luz, buscando la portátil, pero no prendió.
-¡Mierda! ¡Encima un apagón!, rezongué por lo bajo.
Me levanté con los ojos cerrados y llegué hasta la ventana. Lo que vi me dejó hipnotizada.
Las calles vacías, en una penumbra misteriosa. Apenas unas luces tenues de algún apartamento y la luz de la gran luna llena, iluminaban las calles.
Ya sin miedo salí a la calle, con el camisón blanco y sin calzarme. Algo me llamaba y allá fui, derechito hacia la luna.
Pasos apresurados se acercaban por detrás. Volteé y lo vi, envuelto en una fina capa negra. Solo sus ojos rojos resaltaban en la oscuridad. Creo que me dejé alcanzar, no sé. Lo único que sí sé es que me abrazó, besó largamente mi cuello y juntos nos fuimos a disfrutar  la eternidad.

                                       ilargiluna

Microrrelatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora