Una cena macabra

10 1 2
                                    

En la casa de abuela había un gallinero. Era común verla agarrar del cogote a las gallinas que ya "no ponían". Colocaba a la desgraciada en el suelo con el cogote apretado con un palo de escoba, el que a su vez apretaba con sus pies. Tiraba hacia atrás con fuerza y ¡listo el pollo!
Mientras abuela corría, con una agilidad inimaginable para un cuerpazo de su tamaño, para agarrar a su presa, el alboroto era tremendo. Pero después, el ingrediente principal del pucherito del día dejaba esta vida casi sin darse cuenta. ¡Abuela, una crack!
Pero una tardecita decidió cocinar un pato. Las maniobras fueron las mismas, no así el resultado. Abuela tiró con tanta fuerza que el pato perdió su cabeza.
¡Nosotros no podíamos creer lo que veíamos!
-¡Abuela! ¡El pato sin cabeza está corriendo!
-¡Cállese m'hijita!
-¡Parece mentira, pero corre de verdad!, dijimos a coro.
Dicho esto, el pato se terminó de morir.

ilargiluna
4/2023

Microrrelatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora