¡Viva el topless!

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La venganza fue lo que cambió mi vida para siempre.
Primero lloré hasta que  el rimel dejó mi rostro ennegrecido.
Me miré al espejo y me desconocí.
Me lavé la cara, me solté el pelo y apenas vestida con mi bikini favorito, ese que a él siempre le pareció provocador,  me lancé a la playa.
¡No había nadie!
Bueno, solo estaba él, que parecía esperarme de otras vidas.
Hubo magia desde que nos miramos, magia o alquimia, no sé. Tal vez ambas.
Y aquí seguimos, caminando la vida y amándonos como jamás habíamos amado.

ilargiluna
11/7/2022

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