La vida no puede ser gris

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La venganza fue pintar mi cabello de todos colores y usar ese labial rojo que siempre me gustó.
Porque mi marido me abandonó por una mujer mucho más joven, casi que podría ser su hija.
-¡Hijo de puta!, le espeté. ¡Podría ser tu hija!
-¡Pero no lo es!, me dijo el muy cerdo.
-¡Tiene sus pelos pintados y es casi de plástico!, insistí.
-El pelo le queda divino y puede parecer de plástico, pero al tocarla es de carne… ¡Muy buena carne!, dijo el atrevido, relamiéndose.
-¡Ni que fuera un churrasco!, dije furiosa.
-No será un churrasco, pero te aseguro que me la comeré toda…
No le di una trompada porque soy educada…
Entonces decidí pintarme toda. Había vivido demasiado tiempo en tonos grises.
Aún recuerdo el día que me topé con ellos. Él no daba créditos a sus ojos. Sé que le gusté. Y me visitó. ¡No pensó verme tan feliz!
¡Es que ahora sí volví a ser yo!
Se fue con la cola entre las patas…

ilargiluna
11/7/2022

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