El tango

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Se miraron con desenfado, o quizá, desafiándose mutuamente. Ella se sentó sola.
El se acercó con dos copas y una botella de buen vino.
- Nos debemos un vino, le dijo él.
Bebieron en silencio, mirándose a los ojos, como saboreándose de antemano.
Sonó en la vitrola la voz del uruguayo Carlos Gardel, interpretando "El día que me quieras".
La tomó por la cintura, bailaron y después...
Después no los vi más...

                 ilargiluna

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