En busca de lo perdido

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   Entró a su casa después de trabajar todo el día. Estaba cansada pero sabía que tenía que preparar la cena.
Era una tardecita de verano, gris y llorosa. Ella se sentía igual.
Al entrar a la cocina, se le antojó lúgubre. Los palos de amasar, las ollas, manteles, armarios, todo estaba gris.
Giró para tomar el delantal que estaba sobre la mesa y la vio. Una bella, fresca  y apetitosa sandía. Sintió como un puñal en el pecho. Esa sandía representaba lo que ella ya no era.
Giró sobre sus talones y salió a buscarse…

                 ilargiluna

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