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─── déjame pensarlo. te veo en la escuela ─── hades dio media vuelta con el fin de entrar nuevamente al edificio donde vivía.
dejando en la acera a hawk, quien nuevamente parecía tener el corazón roto.
esta vez kreese ya estaba despierto y ella no pudo evitar encontrárselo al cruzar la puerta.
─── ¿dónde estabas? ─── preguntó confundido dedicándole una mirada corta a la puerta de la habitación de la rubia.
─── ¿te importa? ─── cuestionó incrédula.
─── si. ¿de dónde vienes?
─── quise decir... que te importa ─── respondió esta vez con burla mientras caminaba aún empapada de agua, mientras se secaba el cabello con la toalla que le había dado hawk.
aunque se detuvo gracias a la mano que sostenía su brazo y le impedía avanzar.
─── estoy intentando cuidarte.
─── un poco tarde ¿no?
─── ¿ahora soy el villano de tu historia?
─── siempre lo fuiste ─── de un jalón logró soltarse del agarre y se alejó lo suficiente para que no pasara otra vez ─── sólo que era muy tonta para darme cuenta.
─── ¿estás así por ese chico díaz? ─── la manera burlona en que lo mencionó hizo que ella borrara su sonrisa ─── ese chico nunca va a volver.
─── ¿por qué no hiciste nada?
─── traté pero no me oíste.
─── debiste insistir.
─── está experiencia va a volverte más fuerte.
─── yo no soy tu ─── exclamó con una sonrisa ganadora para irse a su habitación.
aquella frase ofendió tanto a kreese que cualquier fragmento de amabilidad que aún habitaba en su cuerpo y mente, desapareció para nunca volver.
por el resto de la mañana hades se enfocó tanto en mantener la mente en blanco que apenas recordó su mañana con hawk. fue a la escuela sin preguntarse si él aparecería y ya dentro de west valley, la consejera blatt apreció frente a ella.
─── señori...
─── hades está bien.
─── hades. es importante que hablemos en mi oficina ¿me acompañas?
