17 B

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Aiden

Hoy por fin sería el día y, bueno, también coincidía con mi cumpleaños aunque eso mejor lo omitimos. No es que sea un gran amante de mi cumpleaños, tan solo era un día más en el año.

Volviendo al tema, estaba nervioso, muy nervioso. Iba a darle una sorpresa, aunque creo que ella debe saber que estaré allí. Tenía todo preparado, llevo repitiendo mentalmente mi discurso, por llamarlo de alguna manera, para por fin pedirle que sea mi novia. Todo será perfecto.

Ya estaba vestido con el traje negro que había ido a comprar el otro día aunque creo que lo he arrugado de lo inquieto que estoy. No paro de vueltas por el salón recitando mentalmente lo que le diría.

"Rubia, no puedo esperar ni un minuto más sin decírtelo y..."

—Ayuda —suplicó un nervioso y sonrojado Caleb, asomándose por la puerta. 

Se veía agobiado con la corbata hecha un nudo en el cuello, sería por eso. Él nunca ha sabido abrochárselas. Yo había optado por no ponerme casi por lo mismo pero, recuerdo un poco como se hace.

—Voy a intentarlo yo —murmuré, tratando de no reírme mientras me acercaba a él.

Apreté mis labios para que no se me escapaba una carcajada mientras trataba de anudar decentemente la corbata pero nada, no había manera de ponerla. Joder, que difícil es. 

Era demasiado gracioso ver las caras que ponía. 

—Ni te rías, cumpleañero.

—Cállate —murmuré —. Caleb, ni te la pongas. —Di un tirón de la misma, creyendo que así la desabrocharía pero en lugar de eso casi lo ahorco.

—Capullo —farfulló antes de darme un empujón y de deshacerse de la corbata. 

—¡Cumpleañooooos feeeeliiiiiz! —Venga ya. Maldito Blake —. ¡Cumpleaaaños feeeliz!

Hice una mueca mientras veía a mi amigo entrar al salón con una minitarta azul y una velita encima de la misma. Canturreaba felizmente mientras balanceaba la tarta y, con ella, la vela encendida.

Va a provocar un incendio. 

Llegó frente a mi tras una larga performance, colocando la tarta tan cerca de mi que incluso llegué a creer que me quemaría las pestañas. 

—Sopla, sopla —insistió mientras Caleb reía a mi lado —. Aiden, no seas más soso y sopla o me chivo a Lia de que te declaras y te jodo la sopresa.

Que capullo. Lo peor es que sabía que era perfectamente capaz de hacerlo si no soplaba la maldita velita por lo que no dude en hacerlo. 

Todo ese ambiente extraño de cumpleaños cuando Caleb decidió hacer una pregunta que, aunque fuera básica, ni me había planteado.

—¿Qué hora es? 

—Las nueve —respondió Blake, tan tranquilo mientras soplaba el humo que desprendía la vela.

—Llegamos tarde —habló, también tranquilo, Caleb. Este tío parece que no tiene un tono de voz distinto, casi nunca esta alterado.

Joder, llegamos tarde. Ahora el alterado soy yo. 

—¡Llegamos tarde! —grité, empezando a dar vueltas por la casa mientras cogía todo lo necesario.

—Entonces..., ¿dejo la tarta en la nevera? —preguntó Blake. 

Lo fulminé con la mirada. ¡Me la suda la tarta! ¡Voy a llegar tarde a verla! 

Poco después ya me encontraba saliendo de la casa, corriendo con Caleb y Blake siguiéndome como podían. Entramos al coche de Blake en cuestión de segundos, casi los meto a empujones, y al fin nos dirigimos al salón donde celebrarían la fiesta de graduación.

Ángeles Oscuros [#1] (TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora