21 B

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Alexa

No podía parar de reproducir en mi cabeza las imágenes del cuerpo cayendo al agua y, aunque en esos momentos no es que estuviera muy consciente, no podría creerme lo que había hecho. Joder, era un maldito delito. Era una puta cómplice de asesinato.

Confiaba en el hecho de que nadie se enteraría, Aiden era listo eso no lo dudaba, pero aún así daba miedo. 

Sabía que había valido la pena, esa bala no debía haberle llegado a Lia. Las peores cosas les pasan a las personas más buenas y con ella siempre se había aplicado esta lógica. Puede verse en todo lo que ella a sufrido a lo largo de estos años, la adición, el cabronazo de su exnovio, sobredosis, sus padres. Todo, absolutamente todo.

Justo acabábamos de irnos del hospital, de visitarla. Espero que salga pronto. Solíamos ir por las tardes para pasar tiempo con ella y ya había caído la noche, no queríamos ver como esos dos se enrollaban la verdad. Me tranquilizaba el hecho de que no estuviera sola allí, se que a Lia no le importa pasar tiempo sola y que puede defenderse si pasa algo, es una de las personas más fuertes que conozco, pero sigo quedándome más tranquila si está Aiden allí. Conocer a Aiden le ha venido bien, estoy feliz por ella.

Miraba a mi lado de vez en cuando, a Blair concretamente. Ella no parecía afectada por nuestros actos, al contrario, estaba tranquila, demasiado, diría yo. Claro esta que a siempre suele darle igual todo, le tenía envidia en ese aspecto. 

No dejaba de pensar en que si Caleb llega a enterarse de que ayude a Aiden a deshacerse del cuerpo me esperaba una buena pelea, y eso con Caleb era de lo que menos tenía ganas después de haber salido tan reciente de la otra.

Entendía totalmente a Caleb al enfadarse y admitía que había sido gilipollas con él al principio pero no había tenido elección al mentirle, al menos creía que no la tenía. Caleb es demasiado bueno para ser real y no creo merecer la de veces que me ha perdonado por ser una idiota. 

—Alexa, ¿me estás escuchando? 

La voz de Blair me sacó de mis pensamientos. Giré mi cabeza de nuevo para mirarla. 

Ambas estábamos yendo hacia la casa de Caleb, habíamos quedado allí para cenar los cuatro. Ellos no habían podido venir hoy ya que tenían cosas que hacer con la banda. No sabia que cosas, siempre pregunto y nunca quieren responderme, he acabado cansándome de preguntar.

—Perdón, ¿qué pasa? —Ni siquiera la había escuchado hablar, suelo ser bastante despistada cuando me quedó pensando así que no me preocupo.

Estaba anocheciendo y la calle por la que íbamos andando no me daba buena espina ahora que me fijaba. Estaba todo muy oscuro y solo había una farola que iluminaba toda la calle pero estaba estaba a unos diez metros. Que oportuna Blair que había decidido no coger el coche hoy.

—Lo que te decía era que...

Blair empezó a hablar pero de repente su voz cesó de repente, dejé de verla a mi lado. Extrañada, me giré hacia atrás. No se si fue una buena elección. 

Vi a Blair pero, no sola. Una mano tapaba su boca y había una personas tras ella, una persona que no pude reconocer gracias a la escasa luz.  

Me quedé atónita, sin saber que hacer y, cuando reaccioné, ya era tarde. Una mano se había posado de igual manera sobre mi boca, tapándola. 

—Hola, Alexa. 

Aquella áspera voz me erizó la piel. Su aliento caía sobre mi nuca y eso me hacía estremecerme. Lo peor era que sabía de quien era esa voz. Henrick, un maldito Demonio.

—Solo venimos a preguntaros algo —dijo —. No te asustes aún, bonita. 

Sentí como me giraban de manera abrupta haciéndome caer sobre la pared. Mi espalda chocó contra la misma, emitiendo un ruido ante el duro golpe que sufrí. Quise gritar pero, su mano volvió a mi boca por lo que se quedó en un grito ahogado que apenas se oyó. 

Ángeles Oscuros [#1] (TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora