Una oportunidad

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El tiempo pasa y Amber no vuelve. Wallace está más que molesto conmigo, no se fía de mí y por alguna razón me siento herido.

— Quiero que me digas ¿Cómo volvió esa mujer a tu vida? – pregunta.

— No lo sé Wallace, pero créeme cuando te digo que no pasó nada.

— Entonces ¿Por qué te pidió tiempo mi hija?

— Porque ella pensaba que si había pasado algo, pero te juro por mi hija que no es así, ella era conocida mía y... solo coincidimos. – respondo, me mira con cautela y niega.

— Lo siento, pero no... no lo creo. – comenta, suspiro, me paso los dedos por el pelo y miro al techo.

— Cuando era más joven me gustaba disfrutar de la vida, me la pasaba a solas con mujeres y ella fue una de ellas, solo la pasábamos bien y cuando nos volvimos a ver, me propuso continuar con nuestro juego, pero me negué, le dije que tenía una hija y una esposa a la que amo, pero ella continuo coqueteando, marque mi distancia, pero después entramos a una asociación y estamos trabajando en el mismo proyecto. Una noche antes de que Amber desapareciera, ella me dijo que podríamos pasarlo bien nuevamente, pero se refería al pasado y entonces Amber escucho eso, salió furiosa del lugar, no me permitió explicarle lo que ahora le digo, pero en verdad, lo juro, no he hecho nada con nadie, ni quisiera hacerlo.

— ¿Cómo sé que dices la verdad?

— Porque se lo estoy jurando por lo más sagrado, por Kerstin. – me mira y asiente.

— Lo que me pesa o me duele es que no la hayas protegido, ella te necesitaba en todos estos días ¿Sabes por lo que ella paso?

— No, pero ella tampoco lo sabe. – respondo.

Mientras discutimos y le damos vuelta al mismo tema una y otra vez, veo el reloj, ha pasado mucho tiempo desde que Amber salió a tomar aire. No sé qué más hacer porque Wallace confié en mí y sepa que realmente voy a cuidar y proteger a Amber.

— ¿Qué vas a hacer si recupera la memoria y se quiere divorciar de ti?

— Ella no tiene que...

— Ella ya lo sabe. – responde.

— Me equivoque, pero ¿Quién no? – digo con un nudo en la garganta. Perder a Amber se ha convertido en mi peor miedo.

— Toda acción tiene una reacción, debes hacerte cargo de tus actos y si ella ya no quiere pasar su vida contigo, yo la apoyare.

— ¿Y si, si lo quiere?

— Es decisión suya, siempre la apoyaré. Mientras tanto, quiero pedirte que no la alteres, que realmente la cuides, que estés con ella en todo momento, porque te necesita.

— Lo prometí ante Dios, estaré con ella en la salud y en la enfermedad.

— Eso espero.

No dejo de mirar el reloj ¿Por qué no vuelve?

— Voy a ver a Amber. – comento y asiente.

Salgo del departamento y subo a la terraza, miro a todos lados, mi corazón se acelera y el tiempo se detiene.

— ¿Amber?

Pregunto, pero no hay nadie, camino y busco por todos lados. Amber no está, pido el elevador y tarda una eternidad, con cada segundo me desespero más y más.

A la mierda

Bajo corriendo las escaleras, trato de llegar lo más rápido que puedo al departamento y justamente el elevador se detiene.

ENTRE AMIGOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora