Espada y pared

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Los días sin las risas de Kerstin, sus gritos, sus palabras me hacen extrañarla cada vez más, el tiempo sin ellos parece eterno. He tratado de ignorar el sentimiento de soledad que experimento en estos momentos, pero es imposible, cada vez entro a la habitación de Kerstin lo encuentro vacío, mi cama está incompleta y parece que el único refugio que conozco es beber y estar con Joseph.

Supongo que es momento de ceder y saber ¿Qué están haciendo?

— Amber. – dice Derek como si estuviera agitado. – Kerstin, mamá está en llamada.

— Mami – la escucho decir.

— Derek aún tenemos que terminar la presentación. – escucho la voz de una mujer.

— Si, si lo sé, espérame un momento. – comenta Derek, miro por la cámara y Kerstin está jugando en el piso, en la cama veo el bolso de una mujer y realmente necesito una explicación.

— ¿Qué está pasando? – pregunto confundida.

— Dame un momento. – comenta, sienta a Kerstin frente a la computadora, parece serio y sexy, al parecer busca algo dentro de su computadora y finalmente parece encontrarlo.

— ¿Hola?

— Hola. – responde. – Perdón, estoy trabajando y... estoy con una colega.

— ¿Una colega? – pregunto.

— Si, sé que no es el medio, es... es... Rose Tyler. – contesta, elevo ambas cejas, nunca había escuchado hablar de ella.

— ¿Cómo han estado?

— Bien, bien. – responde.

— ¿Estás muy ocupado? – pregunto, parece apresurado, Kerstin me mira y sonríe, hago lo mismo al ver sus hermosos ojos.

— Si, un poco.

— Mucho gusto Amber, soy Rose Tyler. – dice, miro a una rubia delgada de ojos claros.

— Igualmente, Amber Müller.

— Si, ella... es mi esposa.

— Oh, pues muchas felicidades. – comenta con cierta sorpresa.

— Solo quería saber cómo esta Kerstin y cuando regresan.

— Esto se está prolongando un poco más de lo habitual, quieren que seamos creadores de una vacuna importante y realmente me interesa.

— ¡Mucho éxito! – comento.

— Gracias. – finalmente sonríe y dice: – Te echo de menos.

— Yo también. – digo mientras le muestro mi escote.

— Me tengo que ir, pero prometo que en cuento vuelva te llamare. – comenta, asiento y terminamos la llamada.

Por un momento no puedo sacarme el nombre de aquella mujer, trato incluso en no pensar en ello, pero siento algo extraño, aunque no puedo hacer lo mismo que Derek, no puedo desconfiar de él.

¿Oh si?

No, no, que estoy diciendo.

Bueno si busco algo acerca de ella estaríamos a mano, el esculco mi celular.

No, no, no, no está bien.

Aunque no estaría desconfiando en Derek, si no en ella, porque no la conozco.

¡Ah mierda! No, ya definitivo, no voy a buscar nada acerca de ella, Derek dice que es su colega así que debo confiar, porque la confianza es la base de una relación.

ENTRE AMIGOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora