Derek ha estado más presente que nunca, no sé si él puede ver o sentir lo que ha pasado con Joseph y conmigo o simplemente trata de ignorar ese hecho, pues cuando estamos platicando y Joseph aparece ambos intercambiamos miradas tratando de esconder nuestro secreto.
— Supongo que estas mejor. – comenta Derek y asiento. – Sabes, creo que te vendría muy bien distraerte. – Joseph lo mira con interés a sus espaldas y yo lo miro. – Habrá una cena benéfica, supongo que no lo recuerdas pero me dedico a la química, ciencia, medicinas...
— Drogas legales. – comento y él libera una carcajada ante mi pésimo chiste, sonrió y él toca mi rodilla.
— Me gustaría que me acompañaras, claro si quieres.
— No lo sé, yo...
— No es necesario que me respondas ahora, puedes consultarlo con la almohada... o con tu amigo. – dice en un tono despectivo.
— Gracias.
— Faltan dos semanas, pero sería bueno, como una... cita.
— Voy a pensarlo, pero te agradezco la invitación.
— Bueno, tengo que irme, hoy viene mi madre y Kerstin también, no sé si quieres verla o si sea bueno para ti. – comenta, en todo este tiempo no había pensado en cómo podrá afectarla.
— Yo... no lo sé.
— No quiero presionarte, pero si deseas verla... solo llámame.
Asiento y lo acompaño a la salida, Joseph me mira y me va siguiendo por todo el lugar solo con la vista.
— No me veas así. – comento.
— Es que no lo entiendo Amber...
— No tienes que hacerlo. – respondo y él asiente, camina a la cocina y me quedo sentada en la sala.
El teléfono comienza a sonar, veo la pantalla y la lada es de Canadá, le llevo el teléfono a Joseph y responde.
— ¿Susan? Hola ¿Qué? Si claro, si, no, bueno eso depende de tu tiempo, claro, sin problema, está bien, si, si... adiós.
En esas escasas palabras parece que intercambiaron una conversación, Joseph me mira como si esperara mi reacción, pero no consigo decir nada y mejor me voy a mí ahora habitación.
Aún tengo muchas cosas por pensar, no sé cómo sentirme al estar con los dos o al pensar en uno y otro, son únicos de forma diferente y no es justo que sus sentimientos dependan de mí. Apenas puedo tomar un respiro cuando siento la presencia de Joseph en el umbral.
— Supongo que te sientes culpable por lo que paso. – comenta.
— No, no es así.
— ¿Segura?
— No sé, no soy la persona que creo ser. – respondo.
— Amber, libérate de las culpas, porque no eres culpable, somos adultos conscientes de lo que hacemos.
— No es eso, es que... no lo sé.
— ¿Qué te paso ayer?
— Pensé por un momento en Derek y en mí, no lo sé... pero también pensé en ti, en que no quiero hacerte esto.
— Amber, no me estás haciendo nada.
— ¿Es que no lo ves?
— Mira, si lo dices por lo que pasa entre nosotros no hay ningún compromiso, somos adultos, dueños de nuestras decisiones.

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ENTRE AMIGOS
RomanceTercera parte de "El placer de la tentación" La vida le ha sonreído a Amber una vez más. Pero quizá la aparición de algunas personas del pasado lleguen a romper esa estabilidad que tanto ha deseado. Algo es seguro, después de múltiples encuentros Am...