💋Capítulo 05💋

377 39 1
                                    

La amistad de MinGi y San no volvió a ser lo mismo.

No se hablaban, ni siquiera eran capaces de mirarse a los ojos luego de enterarse que todo se trató de una broma de parte de su familia.

—Vamos, Minnie, ahí está San, ¿no lo quieres felicitar porque ya tiene su título como tú?

El pequeño alfa negó, no se sentía capaz de mirar a su pequeño amigo.

A él le había gustado tanto San, quería formar una vida con él, pero su familia se lo había dicho muchas veces, sólo se podía formar una vida con su destinado, pero si San no lo era su destinado, no podía tener una vida con él.

Planeó por años formar una bonita familia con San, él le gustaba mucho, así que no fue difícil de imaginar.

Pero eso ya jamás sería posible.

¿Cómo podía enfrentarse a San ahora?

Siguieron las vacaciones y MinGi y San seguían sin querer verse, preocupando a sus padres.

Siempre habían sido sólo ellos dos, no habían más amigos, así que ahora que había una ruptura en su amistad, los cachorros se la pasaban solos en sus cuartos, sin hacer mucho, realmente.

Les hacía sentir culpables, pues si ellos nunca hubieran hecho la broma de decirles que eran destinados, su amistad no se habría visto afectada y todo estaría normal entre ambos.

¿Cómo arreglarían la amistad de ambos?

—Sannie, mi pequeño, ven aquí.

San, algo desganado, bajó las escaleras de a poco en poco, llegando hasta donde le esperaba su padre.

El alfa creía haber encontrado algo para animar a su pequeño hijo, y esperaba que funcionara, porque ya iba media temporada de vacaciones y San estaba igual que el primer día.

Mostró lo que llevaba escondido detrás de su espalda, dejando ver un bonito michi diminuto de color gris con rayas negras, este maulló cuando los ojitos de San lo vieron y el cachorro inmediatamente se sintió hipnotizado por el animalito.

—Estaba saliendo del trabajo y lo vi, revisando la basura en busca de algo de comida, y está tan chiquito, me pareció triste dejarlo ahí, así que pensé en que tú siempre quisiste un gatito. ¿Qué te parece?

—¿Es mí-mío?

—Sí, puedes ponerle como tú quieras. Ya lo he llevado al veterinario y ya está en perfectas condiciones para que puedas cuidarlo.

—Ooohh... — San tomó con cuidado al gatito, acariciando su cabecita —, ¡lo voy a llamar Darong!

San pegó varios saltitos emocionado, abrazando de forma suave al pequeño y lindo gatito.

—¡Tengo que mostrarselo a MinGi!

Segundos después, San pareció pensar lo que acababa de decir, y dejó de dar saltitos felices.

El señor Choi mordió levemente su labio, viendo la expresión tan contraída que atormentaba a San, cuando segundos atrás había estado muy feliz.

—Claro, San, puedo llevart-

—No.

Se dio media vuelta, yéndose con el pequeño felino en brazos por donde vino, dejando al hombre en la sala.

El alfa suspiró profundamente, pensando en alguna otra forma de hacer que la amistad de su hijo con el pequeño alfa Song funcionara de nuevo.

Se acercó hasta el teléfono local, marcando el número de la casa de la familia Song, escuchando el tono de espera hasta que luego de unos segundos fue atendida la llamada.

—Buenas tardes, ¿familia Choi?

—Sí, señora Song, soy el señor Choi.

—Oh, ha pasado un tiempo. ¿Cómo están por allá?

—Las cosas con Sannie... bueno...

—Entiendo, con MinGi tampoco han estado fáciles. No quiere hacer mucho luego de lo que pasó, incluso su papá le trajo una gatita hace una semana, pero tampoco es que le subió mucho la emoción.

—Yo también le traje a San un gatito, cuando estaba saltando emocionado habló de mostrarselo a MinGi, luego recordó lo que había pasado y no dijo más nada.

—¡Uh! ¿Sabes qué deberíamos hacer?

—¿Qué?

—Ya que ambos ahora tienen mascotas, hay que llevarlos a un parque de mascotas.

—Si saben que el otro va, no van a querer salir.

—No tienen por qué saberlo.

—Uhhmm... — El señor Choi lo pensó un poco, no sonaba tan mal —, parece una buena idea. Le diré a mi esposa para que hablen juntas y arreglen para quedar un día.

—¡Perfecto! Espero por su llamada entonces.

—Bien, yo le digo, nos vemos, señora Song, saludos a su esposo.

La madre de MinGi pensaba que era una buena oportunidad para que ambos cachorros retomaran su amistad, por lo que sonrió satisfecha.

Vio a su pequeño bajar las escaleras con su gatita Byul en brazos, viéndose ligeramente más animado.

—Mamá, ¿puedo jugar con Byul en el patio?

—Por supuesto, pero nada de lanzar objetos por las cercas de los vecinos.

MinGi asintió, soltando a la felina para que esta fuese con él hasta el patio trasero, jugando con un pequeño ratón de plástico amarrado con una cuerda a un palito.

—¿Sabes? Eres muy bonita, apuesto que a San le gustarías... — Suspiró.

Extrañaba a San, no podía decir lo contrario, por instantes, pensaba en ir hasta la casa del omega a pedirle perdón por haberlo tratado como su omega y que fueran amigos, porque lo quería cerca aunque no fuera como destinados.

Pero ¿y si San ya no lo quería cerca? A lo mejor ya tenía a un nuevo mejor amigo y se había olvidado de él.

El sólo pensamiento de que San hubiese perdido interés en él lo ponía muy triste, por lo que prefería no enterarse por su cuenta lo que sucedía actualmente con el tierno omega.

Pensaba que la ignorancia era la felicidad, y quería conservar los lindos recuerdos que tuvo con San en lugar de destruirlos si se enteraba que San ya no lo tomaba en cuenta.

Era algo extremista y hasta cobarde, pero admitía ser un poco sensible cuando se trataba de Choi San.

Kiss Kiss~ Extended Version (MinSan) ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora