Carmel, Indiana
Diciembre de 2005Hay muchas personas alrededor o eso es lo que parece. Jaxon está forcejeando contra los oficiales para que le sea permitido acercarse a mí y poder ver de cerca lo que ha provocado.
El auto de mamá, ciertamente, ya no parece un coche. La trompa está destrozada y el auto del taxista que también ha pagado las consecuencias no está tan diferente, pero al menos el señor se encuentra bien.
La mitad de mi cuerpo ha traspasado el parabrisas por lo fuerte del impacto. Supongo que ponerme el cinturón lo hubiese evitado. De mi cintura hacia arriba estoy sobre la trompa y mis piernas están dentro. Mi rostro tiene mucha sangre y vidrios incrustados en las mejillas y en mi frente. También los hay en mis brazos y en mi pecho.
Ya no soy yo.
Los sanitarios no tardan en llegar. Ahora estoy en una camilla y siendo subida a una ambulancia.
—Está en siete en la escala de coma —dice una paramédico—. Tenemos que llegar al hospital. ¡Necesitamos un equipo de traumatismo! ¡Ahora!
Equipo de traumatismo, medito. Así que estoy muriendo.
—¡Déjenme ir con ella! —ese es Jaxon. Está gritando mientras mira como ingresan mi cuerpo a la ambulancia y cierran las puertas.
—Por favor, deje de intervenir. Puede ir hasta el hospital si tanto quiere saber de ella, pero déjenos trabajar —le dice un oficial.
Jax se lleva las manos al cabello, frustrado y luego de eso, corre lejos. Imagino que a una parada de taxis.
Los policías han puesto cinta policial a lo largo del perímetro del accidente. Se ha hecho una presa debido al carril de la carretera que hemos obstruido por el choque, así que deben pasar uno por uno turnándose. Algunos se han aparcado y los conductores apeado del coche para mirar la escena. O a mí.
—Aguanta —me susura la sanitaria a mi lado. Luego la ambulancia arranca.
En el hospital, los paramédicos corren conmigo en la camilla para llevarme a emergencia. Pasamos por una sala de espera, mamá estaba ahí.
—¡Hay que intubarla ya! —grita un paramédico, para que se apresuren.
Cuando estoy dentro, hay muchas manos sobre mi cuerpo. Los doctores van y vienen, procurando mantenerme con vida.
—Hemorragia epidural en el cerebro —informa una doctora.
Afuera, Jaxon llega corriendo por el pasillo hasta encontrarse con mamá, pero no es capaz de acercarse. Y mamá tampoco es capaz de decir lo que piensa.
Es sólo el inicio del fin, ese que nadie nunca espera. Ni siquiera yo.
Canción: Say - Ruel
***
Gracias por leerme.♡
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Más allá de Nosotros
ChickLitA pesar de sus evidentes diferencias, una mujer idealista, inconformista, amante de la astrología y un mujeriego con gustos clásicos son amigos desde el día que se conocieron en el pasillo de la residencia universitaria. Todo va bien desde hace ocho...