Trafalgar Law se ajustó la bufanda al cuello mientras cambiaba el peso de su cuerpo de pie. Era principios de noviembre, y había llegado la primera ola de frío de la temporada –y aún no estaban en invierno. Además de la bufanda, el moreno había tenido que desempolvar su abrigo de borrego –el cual le encantaba porque era muy calentito.
Allí estaba, de pie en la acera, apoyado discretamente en la fachada de un edificio con el móvil en la mano para disimular –como si estuviese esperando a alguien. Y realmente estaba esperando a alguien, aunque ese alguien no lo sabía y no había concertado una cita con él. Porque ese alguien estaba trabajando, ajeno a lo que sucedía fuera de las cuatro paredes de un conocido taller del barrio este de la ciudad –bajo el nombre Red Force.
La persiana del local estaba subida, y el interior se veía desde la calle. Los ojos de Law alcanzaban a ver un primer coche, una ranchera negra con el capó levantado. Detrás del vehículo, otro de color azul marino. Pero el segundo coche era secundario, porque a quien Law quería ver estaba trabajando en el primero.
En el interior del capó estaba trabajando un hombre de mediana edad, bastante alto y con buena musculatura, de cabello grisáceo que caía hasta la altura de sus hombros. Sin embargo, lo más característico era una cicatriz en forma de cruz que tenía al lado de su ojo izquierdo, la cual se extendía hasta la mejilla. Sujetaba un cigarrillo apagado en la boca.
Otro hombre que trabajaba en el taller, un poco más bajo que él –y ligeramente más joven–, de cabello rubio platino y pañuelo negro en la cabeza con el logo del taller, apareció a su lado con un paquete en las manos. Los dos intercambiaron un par de palabras y salieron a la puerta del taller a fumar. En el coche negro se quedó otro mecánico, al que sólo se le veían las piernas por debajo del vehículo.
Ese mecánico era a quien Law quería ver.
La camilla en la que estaba tumbado se movió, desplazándose por el suelo gracias a las ruedas incorporadas, y de debajo del coche apareció un joven pelirrojo con cara de concentración. El chico vestía con un mono de trabajo de color azul marino, idéntico al del resto de mecánicos. Tenía la cremallera de la parte superior abierta hasta la mitad del pecho, y se veía una camiseta gris debajo de la prenda. En la cabeza, una bandana negra para sujetar el furioso cabello.
Eustass Kid se incorporó, guardando la llave inglesa que sostenía en las manos en uno de los bolsillos del mono. Tenía las manos manchadas de grasa, pero no se dio cuenta y se pasó una de ellas por la mejilla, manchándosela en el proceso. Observó el coche y sonrió, ajeno a saber que estaba siendo el centro de atención de alguien.
Cuando Trafalgar vio esa tenue sonrisa de satisfacción, su estómago dio un vuelco. Eustass tenía unas facciones algo duras, secas, y rara vez sonreía así–a excepción de cuando estaba con sus amigos y se sentía lo suficientemente cómodo para hacerlo. Sin embargo, en esos momentos, a Law le pareció un poquito más guapo.
«¿Por qué no me sonríes a mí así? ¿Por qué sólo me regalas esa sonrisa socarrona, de niño malo?», pensó el moreno.
Los dos mecánicos que estaban fumando llamaron a Kid y el chico se acercó. Le dijeron algo, ofreciéndole una calada al cigarrillo, y el pelirrojo les contestó una broma que les hizo reír –sin aceptar el ofrecimiento. En la puerta del taller, en la calle, Law pudo observarle mejor. Eustass Kid había cambiado desde que estaba trabajando. Había crecido, su cabello también se había alargado, y sus hombros se habían ensanchado.
Así vestido, con el mono de trabajo un poco sucio de grasa, a Law se le antojó ciertamente atractivo. Había personas a las que les favorecían los trajes y la ropa arreglada, pero Kid no era el caso. Al contrario, Kid estaba mucho más sexy cuando iba sucio, desarreglado, con su chándal y sus camisetas de tirantes marcando bíceps –cuando era un macarra de barrio.
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Teens
FanfictionEustass Kid es un adolescente de 17 años que está locamente enamorado de Trafalgar Law, un compañero de instituto que, para su desgracia, no le hace caso. Con la ayuda de su mejor amigo, Killer, espera hacerse con el corazón de Trafalgar antes de qu...