24. En la mira

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Palabras: 2,600.

✎Palabras: 2,600

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Octubre 02; Los Santos | 07:00 a.m.

—Gracias por acompañarme, querido. ¿Jacob te está relevando?

—Algo así. Puso a Gringo en comisaría para mientras yo llego —Gustabo alzó la vista de la pantalla de su teléfono para ver a Julia—. Dijo que lo perdonaras.

La mujer arrugó la nariz, disgustada.

—Ni que lo piense. ¿Cómo se le ocurre no salir a tiempo para venir?

Los dos estaban sentados en una sala de espera, aguardando al turno que les correspondía para pasar con la ginecóloga obstetra que se hacía cargo de velar por el sano desarrollo del embarazo de Julia. Ella estaba furiosa con su esposo porque contrario a lo que le había prometido, no se desocupó a tiempo para ir con ella. Como plan b, Smith liberó a Gustabo de su cargo y le pidió encarecidamente que la llevase él, dejándole en esa pequeña misión.

Había más mujeres ahí, algunas con el vientre más hinchado y otras con a penas un bulto pequeñito. Julia, además de malhumorada, lucía como toda una madre en potencia, con una camisa de gran tamaño que en la zona del vientre tenía una barra de carga con letras en blanco que decían "bebé en camino" y botas planas cómodas para aguantar sus caminatas.

—Jodeer, sí que se tardan aquí —Gustabo resopló, aburrido.

—Ya casi pasamos, sólo falta una persona... Oye cariño, ¿no sería bueno que pasaras tú también?

Alzando una ceja, el rubio soltó una risita.

—¿Me ves cara de poderme embarazar?

—Por suerte no, o ya lo estarías de sobra —Gustabo se sonrojó un poco—. Yo lo decía porque te ves terrible. Pasa con un médico y explícale que tu alma gemela no está para que te recete vitaminas. 

—No me está afectando. Yo puedo manejarlo —sentenció el Intendente.

Ahora, en el cuarto día, ocultar su malestar era una misión imposible. Las ojeras eran solo el menor de todos sus males; sus ojos estaban irritados, sus manos temblaban en algunos momentos del día y percibía mareos breves que lo desorientaban. Julia tenía intenciones de replicar su tozudez, siendo interrumpida por una enfermera.

—¿Julia Smith? Pase por favor.

Gustabo se puso de pie, ignorando lo que le había dicho Julia y ella no tuvo de otra que dejarlo caer.

〈INTENABO +18〉 Entrégate a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora