✎Palabras: 3,300.
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Octubre 03; Ubicación desconocida | 11:40 p.m.
Jacob Smith se estaba concentrado en las especificaciones de una gran pantalla que su ingeniero de logística revisaba. Después de perder conexión con Gustabo, Los Santos quedó en Alerta Roja. Ordenó una exhaustiva inspección del Andén; mandó a cerrar la carretera cercana junto con la gestión de ingreso y salida de todos los trenes de la ciudad, nada entraba o salía sin que la policía se enterase; movilizó a gestores de tránsito para controlar los desvíos. Todo tenía que ser rápido y agilizado si querían tener mayores oportunidades de ubicar al Intendente.
Greco quedó al mando de los agentes del CNP, quienes se encargarían de hacer el trabajo de vigilancia por la estación. Smith, Collins, Ford, Aiden y Gringo se dirigieron a un "centro negro", es decir, un espacio secreto de inteligencia de alto rango.
—Su ubicación sigue estando visible, señor —comentó el ingeniero informático, haciendo zoom en el mapa—. El tren viaja a 160 kilómetros por hora, y para seguir el recorrido del retorno e ingresar a suelo extranjero son 500. En dos horas y veinte minutos, si se cruza la frontera, perderemos conexión con el parche de rastreo del Agente García. El chip ya fue descartado, supongo que le quitaron el teléfono celular y lo desecharon.
—Comunícate con Nadando y Ramen. Explícales la situación para que vayan a la sede y sirvan como equipo de respaldo.
—Enseguida.
Parado a un costado, estaba Ford, que no podía evitar mover la pierna con impaciencia y respirar pesadamente. Collins se acercó a él, tratando de servirle de apoyo. Imaginaba cómo debía estarse sintiendo ante la preocupación de no saber en qué estado se encontraban su esposo y cuñado.
—Los vamos a traer sanos y salvos, amigo —consoló, dando palmadas tranquilizadoras en su espalda.
—Es lo único que espero.
Pasaron otros quince minutos en los que no podían hacer más que esperar. En algún punto, todos fueron capaces de escuchar un voz desconocida en la radiofrecuencia privada de todo el sector. Como un alivio y una rama de olivo, también fueron capaces de discernir la de Gustabo.
—Está hecho, chico. Pueden escucharnos.
—Vale. ¿Me reciben? —preguntó el Intendente.
Ford saltó de su lugar y, sin preguntarle a nadie, ocupó el puesto de catador.
—Te escuchamos. ¿Estáis heridos? ¿En que estado os encontráis?
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〈INTENABO +18〉 Entrégate a mí
FanfictionEl Superintendente de Los Santos siempre está en la mira. Sabe más de lo que aparenta, tiene secretos guardados y, para variar, es el alma gemela de su criminal más buscado y principal dolor en el culo (aunque no literalmente, por ahora). 〉Mafioso J...