18. No tengas miedo

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Palabras: 2,876.

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—Soñé con él.

—Eso es tierno.

—... No del tipo de sueño que es para todo público —agregó Gustabo, intentando bajar la voz, como si de un crimen imperdonable se tratase.

—Bueno, ahora aparte de tierno, es pícaro.

—¿Y sobre lo otro que te conté? Me estaba vigilando.

—Al menos tenía una buena intención, ¿no? Peor es nada.

—¿De qué lado estás?

—Obvio que, del tuyo, mi niño, pero mira el lado bueno, ¡guardaespaldas gratis! —Una mujer pelirroja, evidentemente embarazada, devoraba una rebanada de pay de manzana y canela. Gustabo había acudido a ella en busca de un consejo sensato. Ahora dudaba de su elección—. ¿Has probado pidiéndole un coche? Quizás un sugar daddy te cayó del cielo y no lo estás aprovechando.

—Dudo mucho que me de un coche sólo por pedirlo, ¡pero ese no es el punto! —Gustabo dio un bocado, también, de pay. Tendía a comer cuando algo lo atormentaba y, a parte, podía hacerle compañía a su amiga consumiendo calorías—. Julia, no sé que hacer, ayúdame.

La señora Smith, apiadándose del puchero del Intendente, dejó de bromear para adoptar una actitud más reflexiva.

—De acuerdo. Por lo que me has explicado, deduzco que tienes tres problemas: negación, miedo y desinformación.

—Yo no tengo miedo —sentenció, arrugando el ceño— Y, ¿desinformación por qué? Yo sé que son las almas gemelas.

—Tienes una idea a través de lo que has vivido, pero no del todo. Incluso me atrevo a decir que no sabes ni siquiera lo que enseñan en primaria —Julia cogió un boli y post-it's del escritorio contiguo a la mesita donde ambos merendaban. Si le iba a dar una cátedra sobre ello, iba a dársela bien.

Tampoco era una merienda convencional. Eran las cinco de la mañana; Gustabo se había aparecido recién bañado y listo en la casa de Julia a raíz de no poder conciliar el sueño de la mano con su sed por respuestas. Ella había tenido náuseas, se despertó temprano también y quedaron así, donde estaban.

Gustabo acarició su nuca en señal de vergüenza contenida.

—No es mi culpa, sólo hice un examen de conocimiento equivalente, y cuando llegué a las preguntas de eso, las llené al azar.

—Sí, se nota —dibujó dos personitas encerradas en un círculo y puso varias flechas para ir apuntando—. Veamos... Primero, las almas gemelas son como un rompecabezas. Considera a la mitad de las piezas como todo lo que te define; tus cualidades, ideas, habilidades, todo. Y la otra mitad de las piezas, son las de tu sugar daddy. Todas ellas tienen la capacidad de ensamblarse correctamente.

〈INTENABO +18〉 Entrégate a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora