Capítulo 10: Desorientado.

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Narra Noah.

Nadar definitivamente no estaba funcionando. Era la primera vez que me saltaba una clase porque no me sentía mentalmente preparado para enfrentar cualquier tema que el profesor pudiera exponer. Ese encuentro en el pasillo no me había hecho para nada bien y me estaba volviendo loco de a poco.

Primero me resulto raro ver como Scott hablaba cual hermano con Eleonor Cray, una de las amigas de Sally, cuando lo fui a buscar. Sin embargo, dejé de darles importancia en cuanto ella dijo que aceptaba la propuesta de mi amigo. Algo acerca de una gala benéfica de no se que asociación, a la que seguro mis padres asistirían por la firma de la que mi padre era dueño. Únicamente me centré en esperar a que ambos terminaran su acuerdo.

Hasta que ella llegó.

Con su caminar despreocupado y sus ojos azules resaltando detrás de todo el maquillaje que utilizaba, la vi caminar en nuestra dirección junto a la otra chica con cabello naranja. Desvié mi viste en cuanto noté su mirada en mi y traté de escapar a todo contacto hasta el momento en que vino a buscar a su amiga.

No presté mucha atención a lo que estaba haciendo, o eso me repetía para convencerme, solo me dediqué a limpiar mis anteojos hasta que sentí como un escalofríos me recorrió la columna vertebral en el momento en que se acercó más. Sentí sus ojos observándome, analizándome, hasta que dijo más de la cuenta y salió huyendo.

Me volvería loco, si es que ya no lo estaba.

—Esta jugando con mi jodida cabeza. —Negué y salí del gimnasio.

A veces me preguntaba porqué no me pude enamorar de una persona como Margarett, porqué me sentía tan atraído por Sally cuando ella no me registraba; hasta ahora. Llevar tiempo enamorado de la misma chica desde la infancia no era algo que le recomendaba a la gente, más si la chica en cuestión no sabía que compartían el mismo aire.

Quizás debería intentar ser como Scott o como mi hermano, dejar que todo me importe nada y disfrutar de mis años de adolescente; olvidarme de las responsabilidades. Sin embargo, no podía. Quería sentirme como ellos pero había algo que me lo impedía, algo que me decía que era diferente y que debía mantener esa diferencia. Y todo esto lo reflexionaba por culpa de un par de ojos azules.

—¡Hey, Noah! —Scott se acercó corriendo para alcanzarme— ¿Vienes de la piscina?

—Sip. —No tenía ganas de hablar, aún seguía perturbado.

—¿Te saltaste la clase? —Preguntó arqueando una ceja.

—Tu hiciste lo mismo. —Me encogí de hombros, aún caminando hacia mi casillero. Había tenido suficiente por hoy.

—Y te estás yendo a casa. —Esta vez no lo preguntó, sólo afirmó lo que decía.

—Tal vez. —Llegué a mi casillero para tomar las cosas que necesitaba. Me encerraría en mi habitación con mi guitarra hasta que alguien volviera a casa, necesitaba eso.

Mientras guardaba todos los libros, un papel cayó al piso sin que le diera importancia. Seguramente algún trozo que utilicé para marcar una página con la que estaba trabajando. Pero mi amigo si le dio importancia. Scott se agachó y lo tomó entre sus manos mientras yo acaba de juntar mis cosas. Sus ojos se ampliaron, por lo que me llamó demasiado la atención como para dejarlo pasar por alto.

¿Qué es lo que había encontrado?

De todas formas, mi atención menguó cuando, sobre el libro de biología, encontré una de las hojas de apuntes que Sally había dejado. Debíamos hacer el trabajo de ciencias. Cerré mis ojos en frustración antes de empujar mis lentes por el punte de mi nariz hasta que quedara acomodada. 

Opposites Attract. [Attraction #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora