Opposites Attract. [Attraction #1]

Capítulo 20: Amiga extraña.

Narra Noah.

Por más que tuviese mis recaudos a las promesas que Sally me podría llegar a hacer, quería disfrutar de lo que fuese que se estaba construyendo entre nosotros. Necesitaba tomármelo con calma para que todo saliera bien. Me preocupaba la reacción que había experimentado cuando Susan nos había encontrado y la urgencia con la que salió a hacerle frente.

—No puedes controlar un terremoto.

—Menos si esa catástrofe natural se trata de Sally. —Eleonor entró a la habitación como la completa dueña de la casa que era, con una sonrisa amplia y mis lentes en la otra mano.

—Presiento que esto más que solo Sally, Eleonor —Sonreí mientras tomaba los lentes y me los ponía—. Esto también te incluye a ti y a toda la locura que le sumaran Scott y mi hermano cuando se enteren.

—Bueno, Noah, el que quiere celeste que le cueste —La rubia rió de su propia frase sacándome una sonrisa en el medio—. Sólo digo que tendrás que tenerle bastante paciencia, no está acostumbrada a pasar demasiado tiempo cerca de alguien y le cuesta mucho confiar en las personas.

—Me he dado cuenta de eso. —No había que negarlo.

—Tienes que saber que es posible que lo arruine una y otra vez pero a ella realmente le gustas —Eleonor se acercó al borde de la cama y se sentó—. Y, antes de que preguntes, me doy cuenta por su mirada. Hay algo ahí que nunca había visto y por lo que estoy dispuesta a pelearme con ella cuando lo niegue —Eleonor me sonreía ampliamente—. Eres un gran chico y Sally necesita a alguien como ti a su lado.

—Gracias Eleonor. —Sentí mis mejillas calentarse al darme cuenta de que estaba con la camisa abierta delante de la chica.

—Ese rubor es demasiado tierno —Eleonor se rió y se puso de pie—. Abróchate la camisa y baja a pasar un tiempo de caridad conmigo, guapo.

Que la chica usara el apodo que Sally me había puesto me dejaba ver cuán enterada estaba de todo lo que estaba sucediendo y lo muy observadora que también era. Me reí un poco al comprender que las cosas siempre serían así, que Sally venía con un paquete incorporado y lo aceptaría de muy buena gana.

Guardé los lentes de contacto envuelto en el pañuelo de seda que mi madre había insistido en que pusiera en mi bolsillo, y que había quitado en la primera oportunidad que pude, dentro de la caja de mis lentes. Me había sorprendido que Eleonor supiera que los necesitaba pero, nuevamente, no sabía que pensar acerca de estas chicas. Podían tener una fachada de chicas malas pero nadie las conocía realmente más allá de eso.

—Bueno, parece que alguien decidió unirse a nosotros. —Carter parecía estar en su propia casa, con un dominio experto de las sartenes mientras servía unos huevos revueltos en el plato de Eleonor.

—Sólo estaba terminando de juntar mis cosas —Me encogí de hombros mientras me sentaba al lado de Eleonor—-, nada de querer recluirme en otro lado.

—Acostúmbrate a esto, si pretendes pasar tiempo con Sally —Eleonor me sonrió antes de llevarse un trozo de huevo a la boca—. Ambas compartimos mucho tiempo y esto es común los fines de semanas.

— ¿Carter está incluido en el plan? —Pregunté arqueando una ceja.

—Alguien tiene que alimentarnos, creo que Carter podría entrar en el trato. —Sally entró a la cocina luciendo como una chica mala y una sonrisa falsa en sus labios. No sabía a que venía la misma y tampoco había forma de descubrirlo porque traía gafas oscuras en su rostro, ocultando la verdad que sus ojos querían brindarme.

—Entonces acércate a comer lo que preparé para ustedes, Srta. Mala. —Carter puso un plato al lado mío para que Sally se nos uniera.

Carter comenzó a conversar conmigo acerca de lo que quería hacer luego de acabar con la secundaria y me comentó en lo que él estaba metido. Eleonor cada tanto acotaba algo o hacía bromas a costa nuestra por ser una especie de nerds al lado de ella. Sin embargo, Sally permanecía en silencio, como cavilando o cuestionando algo en su cabeza. Algo le estaba molestando y no quería hablar de ello.