Capítulo 18: Heridas, textos y una cama king.

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Narra Noah.

Ese maldito idiota no tenía derecho a insinuar algo así de Sally. No se muy bien porqué lo hice o siquiera de donde salió mi lado violento. Sólo vi todo rojo y necesitaba darle un puto puñetazo en medio de la nariz al idiota que acaba de decir eso. Si a eso le sumas los celos que vienes acumulando tenemos una gran cantidad de ira acumulada.

Suspiré un poco resignado a terminar horrible una noche que realmente había sido buena. Comencé a tantear mi ojo con la intención de hacer control de daños, no quería tener que dar explicaciones a mis padres de porqué llegaba herido. Necesitaba asegurarme de que no tenía sangre por ninguna parte antes de bajar en mi casa.

Carter conducía muy concentrado a mi lado mientras las chicas iban murmurando en la parte de atrás. No me atrevía a hablar. En parte, que la noche se arruinara, era mi culpa y necesitaba saber que Sally estaba bien del golpe que le había dado el idiota. Tomé todas las fuerzas que necesité para girarme y preguntarle con una mirada a Sally si se encontraba bien. Cuando nuestros ojos se cruzaron, su intento por calmarme con una mirada pasó a la preocupación absoluta en cuestión de segundos. 

—Elle, ¿Te molesta si nos quedamos con Noah en tu casa? —Sally no me miró, sólo se giró hacia su amiga para hacer la pregunta.

—Por supuesto que no, mis padres seguramente no estarán en casa por lo que pueden quedarse —Eleonor me sonrió, una sonrisa media triste y cargada de preocupación—. Con Carter no tengo idea de lo que haremos, pero no tienen porqué hacerse problema.

—Muchas gracias. —Sally sonrió antes de recostarse en el asiento nuevamente.

—No necesito un lugar para quedarme, sólo un aventón a casa y alguien que se ocupe del auto de mi madre. —Suspiré al recordar que me había olvidado de él, tendría un gran problema si no lo devolvía a tiempo.

—Te irás conmigo, guapo, y no hay manera de que te niegues —Los ojos azules de Sally relampaguearon cuando nuestras miradas se encontraron—. Del auto de tu mamá se ocupan White y Ryan, no creo que teman hacerte un favor después de todo lo que haces por ellos.

—Pero... —Sally frunció el ceño en mi dirección pero fue Eleonor quien me interrumpió.

—Siempre hay una primera vez para llegar tarde a casa —La rubia se encogió de hombros y me obsequió una sonrisa—. Mandaré al asistente de mi padre a que vaya en busca del auto y lo lleve a mi casa, no te preocupes.

—No tienes porqué hacerlo —Intenté frenarla mientras escribía un texto—, en serio. Sólo dejen que vaya a buscarlo y tema solucionado.

—Demasiado tarde, ya esta hecho. —La sonrisa enigmática que me dio Eleonor me sorprendió.

—No las contradigas, hermano, ellas harán lo que quieran. —Carter rió un poco.

—¡Al fin un hombre que nos comprende! —Celebró Eleonor mientras aplaudía— Por eso me gusta tanto pasar tiempo contigo, cariño.

Carter rió ante las palabras de Eleonor, pero la tensión creció aún más cuando giré al frente. Era como volver a lo mismo de siempre, como si la cercanía que habíamos ganado hace tan solo un par de horas se hubiese esfumado y yo me sintiera tan fuera de lugar como siempre. Y, lo peor, sentir que Sally desaprobaba mi reacción. ¿Qué estaba mal conmigo? No me costaba nada seguirle la corriente e irme en el momento más conveniente, eran sólo un par de horas más.

Pero sabes muy bien que no vas a querer irte si te vas con ella. Sin embargo, tenía la sensación de que Sally había malinterpretado mi intento por huir, que tenía algo que ver con alejarme de ella cuando lo que menos quería era hacer eso. El dolor en mi ojo se estaba haciendo intenso de tal manera que terminé haciendo un gesto, dejando que el resto notara mi malestar. Genial, lo que me faltaba.

Opposites Attract. [Attraction #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora