Narra Sally.
Era sábado y llevaba varios días una sonrisa en el rostro, sin que nadie me la quitara. Incluso Eleonor comenzó a preocuparse por mi tan buen humor poco característico. Caminar por casa era extraño, desde el incidente de la quita de mi beca había paso poco tiempo aquí y no sabía mucho de mi padre.
Subí las escaleras a mi habitación para buscar una vieja caja en donde guardaba todos los recuerdos de mi mamá. No tenía idea de porqué tenía la necesidad de sentirme conectada a ella por unos momentos, pero desde que había comenzado a hablar con más frecuencia junto a Noah había desatado una cadena de recuerdos de ella tan fuerte que comenzaba a extrañarla como hacía tiempo no lo sentía.
—¡Sally! —La voz de mi padre llegó de la parte de abajo, no era muy clara ya que arrastraba las palabras. Seguramente estaba borracho— ¡Sal de tu escondite Sally! ¡No intentes esconderte como lo hizo Lilian! ¡No me dejes como lo hizo ella!
Que usara el nombre de mi madre partió mi corazón en dos. El amor que mis padres sentían el uno por el otro era tan intenso y grande que cuando mamá tuvo el accidente mi padre quedó completamente destruido. Nuestras vidas quedaron destruidas por completo. Suspiré dejando la caja en la punta de mi cama para ir a ayudar a mi padre y evitar que se hiciera daño.
Cuando bajé suavemente las escaleras lo vi hecho un ovillo en un rincón, al lado de la puerta y sus sollozos me llegaron al instante. Hacia tanto tiempo que no lo escuchaba llorar. Sentí como algo se retorcía en mi interior y las lágrimas comenzaron en agolparse en mis ojos, me obligué a pestañear para que no cayeran. Me agaché a su altura cuando supe que no me pondría a llorar como un gran bebé. Yo no lloraba desde hacia mucho tiempo, tampoco.
—Papá... —Murmuré tan bajito que creí que no me había escuchado hasta que nuestras miradas se encontraron.
—Sally... Sally, hija... —Sus ojos se aguaron más y se apresuró a abrazarme muy fuerte.
Ambos acabamos en el piso por la fuerza con la que se impulsó para abrazarme. Traté de acomodarme contra la pared para que el pudiera llorar tranquilo mientras yo deslizaba mis dedos en su cabello. Poco a poco fue quedando con la cabeza en mi regazo mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas recordándome épocas en las que no tenía ganas de pensar.
Dejé que se calmara un poco antes de obligarlo a que se sentara, me aseguré de que las lágrimas que se habían escapado de mis ojos no hubiesen dejado rastro y agradecí haber decidido dejar por un día todo el maquillaje que utilizaba como barrera ante todos. Mi padre olía a cigarrillo y a whisky, mucho whisky. No podía ver sus ojos pero estaba segura de que estaban muy rojos y que llevaba varios días bebiendo todo lo que encontraba.
—¿Qué sucedió papi? —Murmuré con una voz tan infantil que en otro momento me habría pateado por solo pensar en usarlo.
—Hijita, hijita... —Aún arrastraba las palabras y se giró para mirarme directamente a los ojos— Pensé que te había perdido...
—Estoy aquí, papi, no me perdiste —Seguí jugando con su cabello mientras el suspiró y cerró sus ojos—. Sigo aquí, no me iré a ninguna parte.
—Lo siento, hija, lo siento... Yo no quise que Lilian muriera, yo no quería que ella tuviera un accidente. —Las lágrimas comenzaron a brotar nuevamente.
—No, papi, no... Yo se que no fue tu culpa, eso paso hace mucho tiempo —No sabía que más decir, no quería ponerme a pensar en esa noche, no quería recordar lo feliz que eramos y por un maldito camión todo cambio—. Sólo... Sólo trata de no tomar más, papá, te necesito conmigo... ¿Quién me cuidará si tu no lo haces?
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Opposites Attract. [Attraction #1]
RomanceTodo el mundo conoce la típica historia de la chica buena que se termina enamorando del chico malo, pero... ¿Qué pasaría si todo fuese al revés? Sally y Noah comparten más de lo que realmente quieren reconocer. La chica mala por excelencia se topa c...