Yoongi trabaja más de once horas al día para mantenerse a él y a su pequeño hijo, la vida es demasiado cara y no puede darse el lujo de quedarse en casa a holgazanear. Excepto cuando se da el gusto de visitar un club nocturno para divertirse y embri...
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Yoongi había tomado el día libre solo por su pequeño hijo, era viernes de fin de mes y había pasado varios días pensando en como volver a declarar su amor al bailarín sin que este volviera a rechazarlo.
Padre e hijo visitaron un museo didáctico y luego fueron a comer helado. Jisung estaba completamente feliz por pasar tiempo con su padre y también porque había faltado al preescolar.
La tarde había caído y ambos regresaban a su hogar, Yoongi conducía el auto y Jisung iba sentado en su sillita en la parte trasera.
—Pero, papi, ¿pol qué no puelo ir?
—Porque es una reunión para adultos, hijo. Por eso he pasado el día completo contigo, eso compensará que esta noche yo esté ausente —miró al pequeño desde el espejo retrovisor.
—Está bien, papi. Diviéltete en las fiestas de adultos.
—Podrás decirle a la niñera que ponga tu película favorita y que haga palomitas, ¿bien?
El menor asintió más relajado, llegaron a casa y Yoongi se preparó para ir al club. La niñera había llegado puntual, así que Yoongi pudo arreglarse con calma.
Faltaban unos minutos para que el reloj marcara las ocho de la noche, así que el mayor se despidió de su hijo y salió de prisa de casa, subió a su auto y condujo hasta el club.
Tuvo que ir solo, su par de amigos estaban arreglando su situación y además, si Jungkook quería una relación formal con Taehyung, debía dejar ir a ese tipo de sitios.
La noche aún era bastante joven y de a poco iban llegando los clientes a divertirse. Yoongi se sentó en la barra y pidió un cóctel ligero, tenía que estar en sus cincos sentidos para poder hablar con Hoseok.
—Yoongi, ¿cierto? —Escuchó que alguien le hablaba detrás, giró un poco la cabeza y se encontró con RM, el dueño del club.
—Sí, buenas noches —respondió el pálido con una sonrisa recta.
RM se sentó en un banco junto a él y el chico en la barra le dió un vaso de cristal con un líquido azul turquesa. —Así que... ¿Qué tal aquella noche en la reservación con J-Hope?
RM sabía todo los detalles de aquel encuentro, sabía que su mejor bailarín pronto abandonaría el club.
—Creo que todo bien, gracias —levantó los hombros y continuó bebiendo sorbos pequeños.
—Te llevarás a Hoseok, ¿no es así?
Yoongi tosió desesperado cuando la bebida se le atoró en la garganta, las palabras de RM lo habían tomado desprevenido. —¿Qué? —Preguntó luego de calmarse.
—Jimin...
—Carajo, ese chico casi me asesina en mi oficina —se quejó.
—Pero es una cosita tan tierna... —Los ojos de Namjoon brillaron y un suspiro delató sus sentimientos frente al cliente.
