Yoongi trabaja más de once horas al día para mantenerse a él y a su pequeño hijo, la vida es demasiado cara y no puede darse el lujo de quedarse en casa a holgazanear. Excepto cuando se da el gusto de visitar un club nocturno para divertirse y embri...
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En el transcurso de la semana, Yoongi se había encargado de la mudanza de Hoseok y Jiwoo para instalarse en su casa. El exbailarín se había dedicado a vender todos los muebles que no utilizaría más y la ganancia la guardó en su cuenta de ahorros personal por sugerencia de su novio.
Los mensajes y las llamadas de Seokjin continuaban, Yoongi siguió aún más curioso de saber pero Hoseok había sido mucho más precavido silenciando todas las notificaciones cuando estaba en compañía del mayor.
Hoseok se encontraba en la cocina preparando la cena, cortaba algunos brócolis y zanahorias cuando recibió un mensaje de Yoongi.
—Hoba, ya voy a casa.
El menor revisó la hora, faltando exactamente cinco minutos para las seis de la tarde. Sonrió para sí mismo por la exagerada puntualidad del pálido.
—De acuerdo, amor. Ya estoy preparando la cena, regresa con cuidado —respondió.
—Amor, no tienes porqué hacer la cena ni ninguna labor del hogar. Por eso le pago a Eunji, ¿lo recuerdas?
—Me gusta hacerlo, Yoon, además tengo toda la tarde libre después de mis clases. Puedo encargarme perfectamente de tu hogar y de los niños. Uno de los dos tiene que hacer de ama de casa y a mí no me importa serlo.
—Deberías buscar alguna actividad que realizar para las tardes, amor. Y es tu hogar también, ¿está bien? Deja que Eunji se encargue de esas labores, no quiero que mi chico termine exhausto para cuando yo regrese a NUESTRO hogar.
Hoseok no podía borrar esa sonrisa de su rostro, Yoongi lo hacía sentir de maravilla incluso por mensajes. —Está bien, amor. Gracias, pero ayudaré en lo que pueda. Y cambiando de tema... Es viernes... De fin de mes... ¿Acaso no pasarás la noche en el club?
—La razón de mis visitas a ese club está esperándome en nuestro hogar... Ahora es mío y no dejaré que se vaya de mi lado nunca.
El menor no podía sentirse más feliz, todo estaba marchando perfectamente, tan bien que no parecía real. —Te esperamos, te amo.
Terminó de preparar la cena y luego llamó a los niños que ayudaron a poner la mesa. Yoongi llegó unos minutos después encontrándose a su adorable familia en el comedor.
Saludó a los pequeños y luego llevó al exbailarín a la cocina para saludarlo en privado, con un profundo beso y un fuerte abrazo a solas.
Volvieron al comedor donde disfrutaron la deliciosa cena acompañada de una conversación donde los pequeños compartían sus momentos en la escuela.
Jiwoo había tomado confianza con los Min desde el primer día, Hoseok se sentía muy agradecido con ello pues la pequeña y Jisung habían congeniado inmediatamente.
Miraba enternecido como Yoongi ponía atención en la niña, ella le contaba con mucha alegría sus nuevos aprendizajes en matemáticas, mientras Jisung comía muy concentrado sus vegetales.
