Yoongi trabaja más de once horas al día para mantenerse a él y a su pequeño hijo, la vida es demasiado cara y no puede darse el lujo de quedarse en casa a holgazanear. Excepto cuando se da el gusto de visitar un club nocturno para divertirse y embri...
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—No quiero tocarte —dijo Yoongi con altanería— solo quiero que hagas bien tu trabajo, quiero que valga la pena haber gastado en ti.
Baby-J giró los ojos irritado, ese cliente le estaba colmando la paciencia y no sabía como su amigo se había podido fijar en él. —Llevas meses viniendo a este sitio, y hasta ahora vienes a comprarme un baile, ¿a qué se debe, dulzura? —comenzó a mover su curvilíneo cuerpo con ritmo y sensualidad en cuanto Yoongi volvió a tomar asiento.
—Es bueno probar la variedad... —Respondió fingiendo desinterés.
—¿Ó es por qué ya obtuviste lo que querías?
El cliente enarcó una ceja y lo miró con lujuria de los pies a la cabeza. —¿Obtener lo qué quería?
—Sí... Follarte a J-Hope.
—Ah, eso...
Baby-J colocó su pie en la entrepierna de Yoongi y aplastó con su zapato de plataforma aquella zona, fingiendo que era parte de su baile, el pálido se quejó con sigilo pero siguió fingiendo que todo estaba bien.
—¿Ahora pagarás para tener sexo conmigo? —Preguntó el bailarín.
Yoongi rió casi a carcajadas. —Ni que tuvieras tanta suerte —recargó los brazos hacia atrás en el respaldo del sillón, con arrogancia.
Esa fue la gota que derramó el vaso de Jimin, pues esa chispa encendió la bomba de furia que vivía en él. —Ay, dulzura, déjame decirte que no estás tan guapo como tu espejo te hace creer cada mañana. Ya estás viejito, necesitas unos lentes —soltó como si fuera la conversación más normal de la noche—, jamás me acostaría contigo ni por un millón de dólares.
—Ni quien tenga ganas de cogerte —ofendió mientras lo empujaba levemente hacia un lado, se levantó y caminó hacia la puerta—. Ni siquiera sabes hacer bien tu trabajo.
Sin más, salió del privado y se dirigió a la barra para tomar unos últimos tragos antes de irse, ya no tenía a qué quedarse pues Taehyung y Jungkook no regresaron.
Baby-J entró al camerino echando humo por lo que había pasado con Yoongi. Se aventó a un sillón individual y gruñó, llamando la atención de J-Hope quien ataba los lazos de su corset.
—¿Un estúpido cliente? —Preguntó acercándose al pelinaranja quitándole el cojín con el que había cubierto su rostro.
—Tu estúpido cliente, Hobi... ¿Cómo fue qué te enamoraste de él? Es un completo imbécil —se levantó y se acercó al espejo aún con un gesto de molestia.
—¿De qué estás hablando, Jimin? —se acercó a él y lo miró por el espejo.
—Ese tal Yoongi me compró un privado y se portó tan engreído. Dijo que no estaba haciendo bien mi trabajo, se fue antes que acabara el tiempo... —Hizo un puchero infantil y abrazo a su amigo escondiendo el rostro en el cuello—. Dijo que nadie querría tener sexo conmigo.
