11 El lazo del mate

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Hola a todos, aquí Coco, quien sigue deprimida por el horario que le tocó en la universidad TuT pero que gracias al destino, a ustedes y a un montón de chocolate, al fin se está recuperando XD Andaba muy desconectada de la realidad, por poco me quedo sin escuela, pero por suerte, al parecer el todo supremo me tiene en estima y decidió salvarme en el último momento. ¡Y al parecer el semestre volverá a ser online! *u* Hay que sacar lo mejor de las crisis siempre mis corazones, que por lo general estas traen oportunidades. Y hablando de ambas cosas... el capítulo de hoy va sobre eso, ¡estoy segura de que les va a gustar!  *u* Ya saben qué hacer. 

***

—No soy un lobo, tampoco soy una bruja. Solo soy una chica común que tuvo la mala suerte de nacer con baja de melanina.

¿Ellie, vienes? —Meliodas me extiende su mano para ayudarme a subir a mi nueva bicicleta roja, y yo decido dejar mis lúgubres pensamientos. Él va a conducir, claro. Yo aún no he aprendido a andar, y me dijo que no quiere que me parta la cabeza en el intento. Ha estado muy sobreprotector conmigo estos días. La bicicleta fue regalo de cumpleaños de mi tía Merlín, y ha sido un gesto tan dulce de su parte que casi siento que compensa todo lo que sufrí durante las revelaciones del otro día—. ¡Llegaremos tarde a la escuela!

—Ya... ¡ya voy! —Me agarro fuerte de él, y subo a la parte de atrás mientras abrazo a mi nuevo novio por la cintura. ¡Diosas, qué cuerpo tiene! Su cercanía hace que mis mejillas se enciendan y el corazón me lata a mil por hora. Él debe de haber percibido mis emociones, porque hace su típica sonrisa de lado y se ríe quedito. Imbécil. Pero no puedo evitarlo. Nuestro lazo se hace más intenso día a día, y hay ocasiones en que incluso hemos compartido pensamientos.

Abrázame más fuerte Elizabeth.

—Claro... —Espera, ¡lo ha hecho otra vez! No dijo nada en voz alta, solo lo ha pensado, ¡y yo he obedecido así sin más! Cielos, esto puede ser más difícil de lo que pensé.

*

Creo que estoy enamorado. No hay otra forma de explicarlo. Puede que solo sea una reacción al vínculo con mi mate, pero no me parece suficiente para explicar todo lo que siento. Sí, es verdad que el lazo despierta los instintos naturales de proteger a tu pareja, así como un intenso deseo sexual por ella, ¡pero es que hay muchas otras cosas que no abarca!

Cómo que me encanta que siempre sea tan amable y tierna; o que me gusta las caras que hace cuando está leyendo algo muy bueno; adoro como cuida de todo a su alrededor, y la forma tan valiente en que se enfrenta a los problemas. La he visto reír, llorar, enojada, y esa nueva cara de enamorada que hace cuando cree que no la estoy viendo. Me ha apoyado a ir superando el dolor y la soledad, y ahora incluso está dispuesta a arriesgarse y quedarse en Black Valley por mí.

Liz, ¿acaso esto será la auténtica felicidad? Me pregunto si te alegras por mí...

¿Será que fueron sus aromas similares lo que me hizo acercarme a ella por primera vez? Puede ser. Pero solo una es mi mate, y sé que si ella estuviera aquí, estaría completamente de acuerdo.

Liz. Muchas gracias por haberme permitido amarte. Ahora te prometo cuidar bien de tu hermana menor.

—Meliodas, ya llegamos. ¡Tierra llamando a Mel! —Es cierto, por poco me pasó, y eso que la escuela está especialmente vistosa estos días. Se acerca el día de brujas, y aquí esa fecha en particular hace que todo el pueblo eche la casa por la ventana.

—Lo siento cariño. —Apenas se baja me da un fuerte abrazo, y en cuanto se separa, me deja desarmado con su sonrisa.

—¿En qué pensabas? —Oh Ellie, en tantas cosas, pero ahora mismo en lo único que pienso es en lo mucho que quiero besarte. Al diablo, ni que nos estuvieran vigilando.

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